Las Tunas.- El día que lo eligieron como delegado de su circunscripción se sintió nervioso, indeciso. Él es un campesino de cuna, y sabe muy bien que hay un gran trecho entre el trabajo en la tierra y el trato con las personas, con la comunidad sobre sus hombros.
Labora por la mañana en el surco y en la tarde recorre los dos barrios. Habla con sus electores, conoce sus problemas, preocupaciones, y en los dos últimos años ha sabido que no todo es sus cultivos, que más allá de esa responsabilidad, dura sin dudas, hay pobladores que tienen las más diversas situaciones y necesitan de ayuda.
Por eso hoy, Martín Alberto García Peña, delegado de la Circunscripción 38 que abarca a los poblados de Indaya y el Cigual, comunidades aledañas a la ciudad de Las Tunas, conoce la importancia de su tarea y se siente motivado por lo que hace, aunque resulta difícil.
"Es complejo porque constituye mi primer mandato como delegado en una circunscripción caracterizada, tiene sus problemas, pero hasta ahora me he llevado bien con los pobladores, nunca ha existido una falta de respeto, ni de ellos hacia mí ni de mí hacia ellos".
El barrio de Indaya, cercano a la comunidad de Río Potrero, es uno de los clasificados como vulnerables, con lo cual Martín Alberto siente que el respaldo preciso se concretará para por fin erradicar problemáticas muy viejas, tanto en lo material como en lo social.
"Aquí el hurto y sacrificio de ganado mayor es alto, aunque ha disminuido. Los vecinos han esperado por años la reparación del camino, el consultorio del médico de la familia, que ya se hizo y funciona, el arreglo del puente que une a Indaya con el Cigual, y la situación de las viviendas al lado de la presa de Becerra, con peligro para los residentes por las malas condiciones del muro.
"Aunque no ha sido fácil, me gusta andar con la gente tratando de resolver los problemas, porque no es solo el surco, también hay cosas importantes en este barrio que me vio nacer y por el que seguiré luchando".
