Las Tunas.- Lisandra Aliaga refleja el orgullo que representa ser instructor de arte. "¡Hoy toca clases, maestra!", es normalmente la frase con la que es recibida por los niños en la escuela primaria Rosendo Arteaga, del municipio de Jobabo. "Por eso, aunque tenga problemas personales, siempre llego con una sonrisa", apunta.
Ella forma parte de los 595 miembros de la Brigada de Instructores de Arte José Martí (BJM) de la provincia, cofradía que realizó este lunes su consejo provincial, ante la presencia de Emilio Toledo Miraval, su líder a nivel de país; Diango González Guerra, presidente del Consejo Nacional de Casas de Cultura (CNCC); Yasmany Rodríguez La Rosa, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en el Balcón de Oriente; así como Darlenis Urquiola y Nilser Piñeda, directores provinciales de Cultura y Educación, respectivamente.
Lisandra Aliaga."Nuestro trabajo es muy sensible, saca a las personas del estrés cotidiano y contribuye a su disfrute. No ofrecemos nada material, pero tocamos el alma de los seres humanos", continúa Lisandra, cuyos ojos vislumbran gratificación.
Leyisbel Acosta Yero, quien dirige la organización en Puerto Padre, expresa: "Hemos fortalecido el trabajo en las comunidades, especialmente en aquellas de difícil acceso, lo que constituye un reto a nivel de nación. Yo, por ejemplo, estoy al frente del Proyecto SoñArte, que incluye niños de diferentes enseñanzas, incluso de círculos infantiles. Trabajo junto a tres colegas y logramos imbricar la música, la danza y el teatro.
Leyisbel Acosta Yero.
"Realizamos los montajes a través de juegos, formamos valores, hablamos de cultura local y nacional… A pesar de solo tener un año de existencia, la iniciativa ha obtenido resultados satisfactorios. Otro aspecto positivo es que sumamos a las familias. Ha sido una experiencia maravillosa".
Como ellas, cada integrante del gremio acumula vivencias en su territorio. Sin embargo, existen tópicos por consolidar para proteger la calidad del quehacer. En la agenda figuraron asuntos como la importancia de la superación individual, lo imperioso de aumentar la motivación en la membresía para llevar cada vez más las unidades artísticas hacia las comunidades y lo fructífero que resulta fortalecer alianzas institucionales.
Una de las problemáticas más debatidas giró en torno a la necesidad de que este movimiento juvenil adquiera mayor independencia económica. En ese sentido, Emilio Toledo, presidente nacional de la BJM, afirmó: "Estamos trabajando sobre la base de poseer personalidad jurídica. Este es un tema de análisis recurrente en nuestro consejo nacional. La organización debe tener dominio de su propio presupuesto para así no acudir al sistema de Casas de Cultura cada vez que vayamos a realizar una actividad".
Los presentes coincidieron en el papel de la responsabilidad y la creatividad para sortear dignamente las carencias tecnológicas, problemas de conectividad e insatisfacciones afines para, como resumió en su intervención Darlenis Urquiola (directora provincial de Cultura), seguir sembrando "conciencia, sentimiento y ética; seguir siendo abanderados de nuestra cultura".
