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decimista dayana

Las Tunas.- En el segundo encuentro teórico de la Jornada Cucalambeana 58 se realizó la presentación de dos libros por la licenciada Amor Benítez Hernández, especialista de la décima y que viene desde la capital del país a mostrarnos dos investigaciones que todo amante de lo cubano debe conocer.

A voces y risas de Chanito Isidrón es un libro que recoge la vida de este repentista desde el inicio, y deja en claro que su modo de hacer repentismo era el del típico criollo del siglo XX, y además, tenía una forma peculiar de mezclar el humor y la poesía, rasgo que lo caracterizaba.

Su autora confesó a los presentes el desacuerdo de algunos con la manera de expresión que utilizaba Chanito: "Muchos me decían que no se podía hacer humor con la poesía y tenía que demostrar esto, y era uno de los objetivos que como investigadora me había propuesto.

"La sátira y controversia del humor de aquellos años es un elemento que caracterizaba al intérprete, y en la actualidad se pone de manifiesto en el programa de la Televisión Palmas y Cañas".

                                                                                 JULITO MARTÍNEZ... EL REPENTISTA DEL DOLOR

El otro ejemplar literario de esta autora es De la tierra a las estrellas... Julito Martínez, una muestra que refleja con claridad los rasgos musicales que identificaban al autor, quien tenía como temática fundamental el dolor.

"El dolor para Julito era un recuerdo de su vida pasada, de su infancia, su niñez deplorable, las carencias de todo tipo no le permitieron olvidar nunca sus raíces y ser consecuente con los que, al igual que él vivían en precariedad, con la misma pasión le cantó a su esposa, a la vida", dijo Amor Benítez.

También fue humorista, usó varios temas sin abandonar la imagen poética, hacía sonetos exquisitos, lo que le permitió incursionar desde muy joven en el mundo de la música en la casa de la trova de San Miguel del Padrón.

El reflejo de la realidad para los hombres dista mucho de la realidad de un artista, en la que hay que saber llevar a escena un mundo totalmente subjetivo que en ocasiones entra en conflicto con su presente. En el caso de Julito Martínez no fue así, él lo usó siempre a su favor, creando una técnica que marcó pautas para la nueva generación.

"Julito fue profesor de los talleres de repentismo infantil, y con él debemos recordar el trabajo que se hace en estos encuentros y en homenaje a todas las personas que hacen posible este trabajo se habla en este libro".