
Las Tunas.- En un gesto de resistencia cultural y reafirmación histórica, Las Tunas celebra la Bienal de Escultura 2025, inyectando savia nueva al movimiento local. El evento, que coincide con el aniversario 40 del Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental (Codema), ha transformado los talleres locales en hornos creativos.
Más de una veintena de piezas, forjadas con metales, y la voluntad indomable de 18 artistas, componen un salón que rinde tributo a los inmortales Rita Longa y Rafael Ferrero, y lucha por conservar el título de la provincia como la Capital de la Escultura Cubana.
LA MÍSTICA DEL TALLER
La Bienal de Escultura de este año no es solo una exposición; es el testimonio de un proceso de creación colectivo y presencial, un triunfo logístico en sí mismo. Maida Rodríguez, presidenta del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, lo califica como un “suceso de impacto”.
El reto principal era reunir a los artistas en los espacios de trabajo, replicando la atmósfera de las décadas de esplendor del movimiento tunero. “Y fue lo que más logró esta cita”, explica Nover Olano Escobar, artista y director de Codema en la provincia, destacando esta dinámica como un elemento crucial frente a las bienales pasadas.
“Dieciocho creadores trabajaron en paralelo, compartiendo ideas y superando las limitaciones de recursos. La colección resultante es vasta y diversa, sumando cerca de 20 piezas, a pesar de que el número de participantes se redujo a 16. Los talleres se convirtieron en un verdadero hervidero artístico, donde se forjaron obras que superan el concepto inicial de la participación”, agrega Olano Escobar.
METAL, YESO Y VOLUNTAD
El material fue el primer gran obstáculo. Ante la ausencia de suministros convencionales, la Bienal se alineó con el concepto de la escultura de reciclaje y la reutilización. El metal de desecho, la chatarra, se erigió como la materia prima fundamental, obligando a los hacedores a una “ingeniería de la escasez” creativa.
Nover reconoce la esencial colaboración institucional para adquirir estos recursos. “Destaco la colaboración de Acinox, que nos ayudó en este empeño, y también Metunas”.
Pero no se limitaron a un solo medio. Los artistas combinaron audazmente las técnicas: el yeso con el metal, la madera con la chatarra, dando lugar a un corpus de obras de gran fuerza expresiva. Esta versatilidad técnica es una de las mayores riquezas de lo realizado, demostrando que la imaginación, cuando está motivada, trasciende las fronteras de la carencia económica. Maida Rodríguez enfatiza: “Los artistas fueron vinculando, utilizando su propia creatividad en función de hacer sus propuestas”.
UN SÍMBOLO QUE CLAMA POR RESCATE
El punto focal de la celebración será este viernes la galería taller de escultura Rita Longa, descrita por Rodríguez como “la única institución de esta índole en el país”. Su singularidad radica en ser un espacio que no solo exhibe, sino que posee la infraestructura para la producción y la conservación de la escultura, albergando una significativa colección.
Sin embargo, Olano Escobar lanza un urgente llamado de atención. Si bien la inauguración del Salón 40 Aniversario se efectuará hoy 7 de noviembre, el espacio no está en su mejor momento.
El director de Codema subraya la importancia de este sitio como “símbolo de la cultura nacional” y la necesidad de rescatarlo, de devolverle la dignidad que tuvo durante los años 70 y 80, cuando el movimiento escultórico tunero alcanzó su mayor auge a nivel nacional. La celebración de la Bienal es, en este sentido, un motor para movilizar la conciencia institucional y social sobre la necesidad de preservar este patrimonio.
“Hemos programado aquí el Salón, porque es el lugar que lleva nuestro espíritu, y lo necesitamos levantado”.
Como artista y directivo, Olano se siente “satisfecho” por el resultado, señalando que los principales triunfos fueron la reunión y el “compartir entre todos” para cerrar filas en torno a la creación. Reconoció que existieron “debilidades de procesos”, y que el evento no tuvo el mismo nivel de actividades colaterales ni el respaldo financiero de otros tiempos. No obstante, la cohesión entre las partes organizadoras -Codema Provincial y el Consejo de las Artes Plásticas- prevaleció, según refiere.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
El cierre de la Bienal, programado para el 9 de enero con la actividad Senderos de luz, promete ser un acto de monumentalidad y esperanza. Se prevé el emplazamiento de tres esculturas de gran formato en el Bosque por la Paz, obras que, por diversas razones logísticas y financieras, han estado en resguardo desde bienales anteriores.
Este acto final no solo honrará la memoria de un artista fallecido de Villa Clara, sino que inmortalizará en el espacio público las creaciones de los tuneros Roger Antonio Acevedo y, significativamente, una pieza del propio Nover Olano Escobar.
Mientras, el Salón será, en definitiva, un recordatorio de que, a pesar de los obstáculos, Las Tunas sigue siendo un bastión esencial en el panorama de la plástica cubana.
“Nosotros somos pioneros en la escultura, precisamente con las figuras de Rita Longa y Rafael Ferrero, que fueron los iniciadores de ese movimiento en Las Tunas, y también de Codema en el país”, recuerda Maida Rodríguez en clara señal de virtud histórica.