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Yaima Guerrero Tonguita 2

Las Tunas.- Se ha preguntado alguna vez qué siente un artista cuando aviva el corazón de su público, cuánta presión carga sobre sus hombros aun sabiendo que debe dejarla escapar para alcanzar la naturalidad y convencer. Allí, sobre el escenario, se posan todos sus sueños. Y en la mirada conmovida, en la sonrisa radiante, en el aplauso, está ese premio a todos sus desvelos.

Yaíma Guerrero no se imaginaba sin un títere entre manos. Pero llegó la traviesa, cariñosa, ocurrente y disparatada Tonguita, y desde ese día su nombre cambió.
Conversemos sobre tus inicios profesionales en el teatro.
Realmente soy graduada de Cerámica en la Academia Profesional de Artes Plásticas de aquí. Pero en mi tesis hice una historieta para niños y unas amistades la llevaron a una obra teatral. En ese proceso, estuve involucrada con los pequeños y, aunque antes había trabajado con infantes informalmente, a partir de ahí se me hizo habitual el fusionar las artes plásticas con las escénicas.

tonguita payasaLuego, inicié en el guiñol Los Zahoríes. Era un mundo desconocido para mí, pues anteriormente me había vinculado más con la actuación en vivo. Allí conocí las técnicas de manipulación, tuve la posibilidad de evaluarme y trabajar al lado de los fundadores del guiñol, a quienes veía actuar cuando era una niña.
¿Cómo ocurre esa metamorfosis entre la titiritera y la actriz clown?
Esto se consolida al entrar a Teatro Tuyo. Aunque lo primero que hice fue una obra de títeres, tuve la oportunidad de participar en la emblemática pieza Parque de sueños y, en lo adelante, casi no cogí más un muñeco en las manos. Durante más de una década integré ese colectivo, que aportó mucho a mi formación.
Siempre has hablado con cariño de la obra Narices. ¿Por qué?
En Narices fui feliz, porque además de trabajar como actriz, realicé los vestuarios para esa puesta, que eran excesivamente trabajados y que caracterizaban a cada personaje en particular. Nunca olvidaré esa experiencia.
Tu personaje insigne es Tonguita. ¿Qué ha significado ella para ti?
Curiosamente, existía desde antes de entrar al guiñol, pues nació en la iglesia y con su nombre me refiero a una tonga de cosas bonitas. Pero Tonguita creció más en el proceso de creación de Parque de Sueños y se afianzó en Narices.
Además, en la vida tenemos un propósito por cumplir para lograr la plenitud. Nadie sabe lo que siente un actor cuando ve que los niños ríen y aplauden. Yo pienso: ¡Wao!, estoy llegando. Uno solo quiere tocar ese corazón y darle paz, alegría y vida. Es cuando digo: Ahora sí soy Tonguita. (Y llora de emoción). tonguita payasa1
¿Qué crees que es ser payaso? ¿Cuál es su mayor reto?
Es aquel que vive en la mente de un niño, que divierte y hace pensar, que regala sueños, propósitos y nos saca de la tristeza y los problemas, quien nos da otra visión de la vida. El mayor reto es salir a escena a enfrentar al público.
Hablemos de esa Limonada que degustan los televidentes.
El telecentro TunasVisión ha sido crucial en mi carrera; llevo más de una década en pantalla. Trabajé en Pincel Mágico, junto a talentosos amigos, en Comer con ritmo, hasta que llegué a Limonada, dirigido por Waldina Almaguer.
Entonces sucedió algo especial. Mi niño, que entonces tenía unos 3 años y ni hablaba bien, me dijo: Mamá, yo quiero trabajar. Le dije: ¿vas a hacer todo lo que te diga la directora? Él me respondió: sí. Le sugerí que ensayara los gestos faciales delante del espejo (llorar, reír, estar bravo…) y cumplió la tarea. Además, el programa no solo lo ven los niños, pues tengo un público grande de abuelitos.
En Cuba no es muy común ver esa dualidad actoral entre madre e hijo pequeño. ¿Cuánto ha aportado esto a tu superación?
Derek y yo nos hemos divertido y compenetrado mucho, pero detrás de eso hay largas horas de ensayo en casa. Es muy hermoso, aunque a veces tengo que ponerme seria y hacer de mamá. En ocasiones hemos tenido que improvisar, sin cambiar mucho el texto, porque también interactúo con contemporáneos suyos.
Trabajar con mi retoño me ha ayudado a enriquecer la fantasía de los más chicos. Antes de ser madre los veía de lejos, pero una vez que lo soy, me he sensibilizado más, he aprendido a jugar con los de menor edad, los comprendo…
Qué sentiste al lograr el Premio de Actuación Femenina por Limonada en el concurso Félix B. Caignet, de la Uneac de Santiago de Cuba.
Uno no hace un programa para recibir un premio. Cuando se trabaja para un público todos los días, lo haces con amor por encima de todo. Con Pincel Mágico ya habíamos obtenido varias veces el Premio de la Popularidad en festivales provinciales de telecentros. Pero ese lauro no lo esperaba. Fui feliz.
tonguita payasa2¿Qué otros proyectos acompañan tu camino?
Actualmente trabajo en el teatro guiñol Los Zahoríes como diseñadora. Tengo mi canal de YouTube, llamado Tonguita con Tonguita, donde también actúa Derek. Y quiero retomar, apenas la pandemia lo permita, el Proyecto Reino mío, con el cual voy al hospital Pediátrico, junto a otras personas y, cama por cama, alegramos a los pacientes, conversamos, cantamos canciones y damos regalos.

Me cuesta tratarla de Yaíma. Al verla con lágrimas en el rostro, entiendo el alma que aviva ese personaje gordito de tanto amor, rememoro su sonrisa expresiva, las largas pestañas que le hacen señas al público, sus contorsiones, en fin, la versión exagerada, pero bella, de la mujer que le da vida. Imagino las horas en la máquina de coser, junto a su madre Maruja, para elaborar vestuarios, la abuela Bertha que la apoya también, el esposo cercano, el hijo que aprende. A todos agradece, y también a Waldina, su directora y amiga.
Quien ostenta el Primer Nivel de Actuación, queridísima por los niños, resume su sentir con estas palabras: "Doy gracias a Dios por tener a Tonguita en mi vida".

 

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