Las Tunas.- El Banco Popular de Ahorro (BPA) pronto cumplirá 40 años. ¿Qué hay tras esa formalidad, circunspección y rectitud que proyecta? Más allá de esa precepción descubrimos las emociones de quienes han dedicado sus vidas a una institución que es parte de la cotidianidad de millones de cubanos.
Preguntarle a Juan Bautista González Sacramento cómo ha sido su vida laboral en el BPA es escuchar, entre reflexión y reflexión, una y mil historias, con más de una lección intercalada. Esa vocación didáctica, admite, sería una huella de aquel joven maestro emergente de Español que recién salido del servicio militar obligatorio entró, quizás por primera vez, en una institución bancaria para trabajar en ella el 17 de octubre de 1977. “En mi familia no teníamos nada que ir a buscar a un banco; ni crédito porque no había con qué pagarlo; ni depósito porque no había nada que depositar”, dice.
De entonces acá ha llovido mucho, confiesa, pero fueron días que recuerda con nitidez. Especialmente porque vio nacer al BPA. Este, explica, comenzó a gestarse primero como un departamento y luego con un grupo de oficinas dentro del entonces Banco Nacional de Cuba (BNC) para, explica, “captar los recursos temporalmente libres en manos de la población y, además, ir fomentando una cultura del ahorro dentro de ella”. “Entonces, añade, el 18 de mayo de 1983 se emitió el Decreto Ley 69 que creó oficialmente el Banco Popular de Ahorro tras el cual se fue conformando la red de sucursales y de cajas de ahorro”.
En aquellas jornadas fundacionales anotó máximas que lo acompañarían en las décadas posteriores. “Me traen unos manuales que tenían como mil hojas. Y bueno… empiezo a estudiar. Al principio me aburrí porque eran temas que me eran completamente ajenos, que me hablaban de modelos que nunca había visto. Antes de que terminara el año llegó la primera auditoría de la que salí bastante bien para el poco tiempo que llevaba trabajando. Entonces uno de los auditores me dijo algo que no he olvidado nunca:
“-Cada vez que te pidan hacer algo o te digan que hagas algo, ¡hazlo! Te parecerá que te están dando tareas que no te tocan, que te están recargando, pero ve eso siempre como que te están ayudando.
“Desde entonces donde quiera que hay una oportunidad de hacer algo, de aprender de lo que me que caiga algo a la mano, lo he aceptado, lo he asimilado, lo he hecho y eso creo me dio mucho de la experiencia que ahora tengo”.
Director de sucursal, subdirector y titular provincial, auditor general del BPA; así como vicepresidente de las Casa de Cambio (Cadeca), son algunas de las paradas en su larga hoja de servicios. En su más reciente etapa regresó a Las Tunas, mas no olvida tampoco sus raíces en su natal Chambas de la cual siempre tiene presente la disputa fraternal entre los barrios de Gallos y Gavilanes en las parrandas.
Ser parte del BPA es ya para Juan parte de su vida: “El Banco es transparencia, honestidad, alguien con quien puedes contar, como ese ente que te ayuda”.
