Las Tunas.- Tras la acertada creación de infraestructuras y capacidades para la implementación del proceso de bancarización, la mediana empresa Mercasa, productora y comercializadora de productos agropecuarios, encuentra ahora resistencias en la generalización de estas operaciones.
Argel Frank Fundora Acosta, líder de Mercasa, apostó desde el primer momento por acatar las iniciativas relacionadas con este proceso como parte de la transformación digital que vive el país, instaurando así la posibilidad de pago a través de la plataforma EnZona en toda la red de venta, además del montaje del servicio de caja extra.
En tal sentido, este negocio del sector privado en Las Tunas firmó contratos con la Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa, conocida como XETID, para la generación de códigos QR, el arrendamiento de terminales inalámbricas y la capacitación al personal de venta.
Fundora Acosta dijo en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que aunque Mercasa trabaja por cumplir con las metas trazadas para una correcta bancarización, si no se logra que productores y proveedores también implementen estas acciones es muy difícil mantener alimentos de forma estable en los mercados, en este caso los agropecuarios El Mambí y El Tunero, ambos en esta ciudad.
Mientras las proyecciones del país hablan de impulsar lo más posible este proceso, hay una realidad en este sector -el agropecuario-, y es que si no es con efectivo nadie quiere vender, por lo que Fundora Acosta considera que en este primer momento las producciones provenientes de los campos debieron quedar fuera de esta iniciativa.
La adquisición de la tecnología necesaria para el pago electrónico no solo en los dos mercados urbanos, sino también en el almacén central, la capacitación a dependientes y económicos, y los esfuerzos para incorporar el Transfermóvil a dichos servicios, son algunos de los esfuerzos de Mercasa en este proyecto.
Con vasta experiencia en esta rama, la mediana empresa del sector privado encuentra ahora limitaciones para seguir creciendo en el plano informático, pues la bancarización en este sector ha paralizado la comercialización de productos, variedad y estabilidad de ventas a la población.
Los campesinos y proveedores no aceptan otro pago que no sea en efectivo en el momento de la compra y con esto solo se beneficia el sector informal y no bancarizado de la economía, realidad que complejiza aún más garantizar alimentos para el pueblo y organismos priorizados en medio de un escenario socio económico muy tenso.
