yeravsblanco

Sancti Spíritus.- Una avalancha de criterios oxigena el interés que siempre suscita la final beisbolera en Cuba, cuyo duelo Matanzas-Granma adquiere hoy matices variopintos dentro de una "burbuja" necesaria en tiempos de Covid-19.

La historia no recoge ningún tope de cierre entre Cocodrilos, actuales monarcas, y Alazanes; empero, ambas selecciones suman enfrentamientos en etapas de play off, lo cual reabre viejas heridas y deja espacio a la revancha.

Por ello, resulta sensato analizar cuál equipo ostenta los mayores méritos para vestirse de frac y asistir a la gala dedicada al campeón del torneo más dilatado de la Isla en materia de bolas y strikes, tras casi siete meses de intenso bregar, sin público en las gradas y bajo protocolos sanitarios para contener la pandemia.

Como suele suceder, hurgar en la historia es un paso indefectible, y los Alazanes del entrenador Carlos Martí tienen de su lado las líneas escritas en los libros de relatos: superan a su rival de turno 86-84 en el balance total y 8-4 cuando se computan los cotejos en rondas de eliminación directa.

Este será el tercer choque de postemporada entre ellos, con saldo de 2-0 para el plantel del avezado Martí, que en ambas ocasiones terminó coronándose como rey supremo de la lid. ¿Se repetirá el mismo guion?

Los granmenses sometieron a los Cocodrilos en las semifinales de las series 56 (4-3) y 57 (4-1), en las cuales superaron a Tigres de Ciego de Ávila (4-0) y Leñadores de Las Tunas (4-3), por ese orden.

De ahí que Martí y sus muchachos anhelen convertir a su territorio en el décimo tricampeón de béisbol en el país caribeño.
"Estamos decididos a luchar por la corona, aunque reconocemos la calidad de nuestro oponente", afirmó el mánager, de 72 años, en exclusiva a Prensa Latina.

Sin embargo, un giro de 180 grados tiene lugar cuando se analiza el presente y es justo así cuando Matanzas alcanza la notoriedad que hoy ocupa ante los ojos de jugadores, especialistas y seguidores, quienes suman millones en una nación acostumbrada a vibrar con el crujir de los maderos.

La nómina del director Armando Ferrer lució espectacular en el 2020, al punto de levantar el trofeo después de condenar 4-2 a los Toros de Camagüey; por demás, los Cocodrilos inclinaron este año 3-2 la subserie particular contra los Alazanes, un detalle que -de por sí- anticipa pura rivalidad en el diamante.

Así, todo indica que habrá un epílogo de campaña de dinamita en el home plate, con figuras capaces de desaparecer la pelota Teammate, mientras otras utilizan la velocidad en función de la ofensiva.

"Creo que serán partidos de mucha ofensiva", pronosticó el propio Ferrer en diálogo con Prensa Latina, aunque también destacó las capacidades de algunos lanzadores, entre ellos, los ases de cada grupo: Yoanni Yera y Lázaro Blanco, de Matanzas y Granma, respectivamente.

De hecho, este dúo será el encargado de tirar las serpentinas en el encuentro de apertura, con Yera (9-1) en busca de la décima victoria frente a Granma, y Blanco (7-9) en pos de maquillar su actual balance negativo.

Dicho esto, solo resta adelantar que cuando las manecillas de los relojes marquen hoy las 14:00, hora local, un grito de play ball dará vida a un adiós inédito, que presagia una batalla intensa en el estadio José Antonio Huelga, sede del cerco anti-Covid-19 organizado en esta ciudad.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar