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Cuba Encanto

La Habana.- Mientras la mayor tienda de Cuba, El Encanto, se quemaba hace hoy 60 años, el autor del incendio esperaba en una playa su salida del país y en Estados Unidos alistaban una inminente invasión a la Isla.

De acuerdo con la prensa de la época y numerosos especialistas, actos terroristas como este, incendios, sabotajes y otras acciones subversivas promovidas por Washington en la mayor de las Antillas eran frecuentes después del triunfo revolucionario de 1959.

La tienda El Encanto tenía 65 departamentos y siete pisos que recientemente el gobierno cubano había nacionalizado, por lo que constituía objetivo de las organizaciones dirigidas y financiadas por los servicios de inteligencia norteamericanos.

Así lo confirmó el historiador Pedro Etcheverry, quien además agregó que el 6 de abril de 1961 estalló un artefacto explosivo en la fachada del emblemático lugar capitalino, preludio de lo que vendría después.

''El 13 de abril, poco después de las seis de la tarde, en el Departamento de Sastrería ubicado en el segundo piso, entre los rollos de tela fueron colocadas dos petacas incendiarias de fabricación norteamericana, que unos minutos más tarde reaccionaron provocando un incendio de grandes proporciones'', escribió.

Imágenes y videos muestran cómo en unas horas el edificio quedó prácticamente demolido a causa del fuego.

Fe del Valle Ramos, de 43 años, empleada del Departamento de Niños, murió en ese incendio cuando intentó rescatar la recaudación de una delegación de la Federación de Mujeres Cubanas que allí se guardaba.

Además, hubo decenas de heridos, el fuego llegó a los siete pisos propagado por los conductos de aire acondicionado y los daños materiales causados se calcularon en 20 millones de dólares.

La investigación penal del caso comprobó que Carlos González, empleado de la tienda y miembro del denominado Movimiento Revolucionario del Pueblo, ejecutó el sabotaje.

''Poco antes del cierre de la tienda, a las seis de la tarde, Carlos aprovechó un instante en que se quedó solo, activó una de las petacas y la colocó entre unos rollos de tela'', reflejó el periódico nacional Granma.

Según el artículo, en otro piso realizó la misma operación, luego abandonó el edificio y en la calle subió a un auto que lo esperaba para llevarlo a Playa Baracoa (occidente).

A las 48 horas del suceso, todavía González aguardaba por una lancha que debía sacarlo del país y escondido en una cabaña lo encontraron los milicianos que custodiaban el lugar.

En opinión de Etcheverry, la cadena de atentados que desde 1960 auspició Estados Unidos en la isla, principalmente en La Habana, buscó crear un ambiente de caos previo a una invasión inminente.

Leyla Carrillo, especialista del Centro de Investigaciones de Política Internacional, reseñó que entre octubre de 1960 y abril de 1961, la Agencia Central de Inteligencia introdujo 75 toneladas de explosivos y 45 de armas, realizó 110 atentados dinamiteros, hizo estallar 200 bombas, descarriló seis trenes e incendió 150 fábricas e igual número de cañaverales.

La guerra no declarada contra el país caribeño incluyó el ametrallamiento de poblados costeros y la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos (occidente) tres días después del sabotaje a El Encanto.

Esa acción armada fue vencida en menos de 72 horas por las tropas cubanas y trascendió como la primera derrota militar del imperialismo estadounidense en América.