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La Habana.- Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba, informó este lunes a los diputados en el Parlamento cubano que a pesar de que se ha dado cumplimiento a lo previsto en la Ley 118 de la Inversión Extranjera y su marco regulatorio complementario, y de haberse desarrollado otras acciones, los resultados son insuficientes.

El poco avance no es atribuible únicamente a las dificultades generadas por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos al país, ni a la crisis internacional derivada de la pandemia de Covid-19, sino también a factores de índole interna, explicó el titular.

En presencia de Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Malmierca señaló que se deben mejorar las condiciones de la nación caribeña como plaza de inversión y perfeccionar el proceso de promoción y atracción del capital foráneo a todos los niveles.

Queda trabajo por hacer en materia de facilitar la tramitación de permisos, licencias y autorizaciones y se debe trabajar en erradicar prejuicios en la mentalidad de empresarios, cuadros y funcionarios, dijo al intervenir en la tercera jornada de trabajo de los diputados, como parte de las actividades previas al VIII Período Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su IX Legislatura, que comenzará este martes.

A decir de Malmierca, la atracción de capital foráneo no puede realizarse sacrificando soberanía, ni renunciando a esencias del modelo socialista, por lo que es necesario evaluar profundamente y de manera integral las medidas que pueden adoptarse.

Puntualizó que la Ley 118 entró en vigor en el 2014 y se han realizado múltiples adecuaciones, como la incorporación de nuevos principios, la actualización de otros sectoriales, y la adecuación del que dispone la participación cubana mayoritaria en determinados sectores, quitando esta restricción para el turismo, la Biotecnología y el comercio mayorista.

Se eliminó la política restrictiva respecto al establecimiento de cuentas bancarias en el exterior, se aprobaron en el 2016 los principios para la participación de la inversión extranjera en negocios con cooperativas agropecuarias, y en el presente año se adecuaron los relativos a la vinculación del capital extranjero con las formas no estatales, en correspondencia con el perfeccionamiento de los actores económicos, argumentó.

En cuanto a la Cartera de Oportunidades, resaltó que se ha cumplido con su renovación y aprobación anual.

Detalló que existe un incremento paulatino de la participación de los territorios en los procesos de atracción de inversión extranjera, en correspondencia con la Política para impulsar el desarrollo territorial (60 proyectos de subordinación local fueron incorporados a la nueva Cartera y uno aprobado en el 2021).

Con la creación de la Ventanilla Única de la Inversión Extranjera en el 2020 se dio respuesta a los planteamientos de inversionistas nacionales y extranjeros, en todo lo referido a los procedimientos y trámites para la aprobación, constitución y operatividad de los negocios, indicó el ministro.

Comentó que en estos momentos existen 302 negocios con inversión extranjera establecidos en Cuba, 104 empresas mixtas, 54 empresas de capital totalmente extranjero y 144 contratos de Asociación Económica Internacional, vinculados principalmente con los sectores de Turismo, Alimentos, Energía e Industria Ligera.

Desde la emisión de la Ley en el 2014, destacó, se han aprobado 236 nuevos negocios fuera de la ZED-Mariel, 49 nuevos en ese enclave y 29 reinversiones, mientras que en los últimos dos años se aprobaron 47 nuevos negocios y solo 25 se han logrado constituir debido a demoras de los socios y partes extranjeras para viajar a Cuba y dificultades para transferir los aportes iniciales.

El ministro se refirió también al Decreto-Ley No. 16 De la cooperación internacional, el cual entró en vigor en abril del 2021 y tiene como antecedentes la aprobación de las políticas para la Cooperación Internacional que Cuba ofrece y recibe.

Subrayó que se emitió la Cartera de Gestión de la Cooperación que Cuba Recibe, con 912 proyectos, de ellos el 74,1 por ciento tributan al desarrollo local y los territorios con mayor cantidad de propuestas son La Habana, Santiago de Cuba, Pinar del Río y Cienfuegos.

En estos momentos, precisó, se trabaja en la actualización de la Cartera del 2022, la cual se debe culminar en febrero.

Malmierca anunció que desarrollan con la empresa Desoft una plataforma informática de la cooperación, enfocada a mejorar la gestión de los procesos, la calidad, transparencia y control y la agilización de los trámites y respuestas; y que según cronograma, el primer subsistema debe estar en el primer trimestre del 2022.

El nuevo marco legal tiene menos de un año de implementación, no obstante, se considera que ha propiciado un escenario más favorable, fundamentalmente en el segundo semestre del 2021, para avanzar en esta actividad, valoró.

Al referirse a la cooperación que Cuba recibe, destacó que durante el año se le dio prioridad a los ofrecimientos para enfrentar la Covid-19 y se aplicaron los principios y procedimientos previstos en las nuevas regulaciones, que responsabilizan al Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera con la aprobación de estas acciones en etapas de emergencias o desastres naturales.

Se tramitaron al cierre del nonestre 739 ofrecimientos, de ellos 510 para enfrentar la Covid-19. Entre los principales recursos recibidos se encuentran medios de protección, jeringuillas, módulos de alimentos y equipos (ventiladores pulmonares y concentradores de oxígeno).

Respecto a la cooperación que se ofrece detalló que se llegó a 74 países, con 29 mil 954 colaboradores cubanos, además de que en la Mayor de las Antillas se forman estudiantes extranjeros, en las tres modalidades (ocho mil 599 educandos).

Malmierca expresó que aunque es pronto para evaluar el impacto real del Decreto-Ley No. 16, se observan algunos avances a partir de que se crea un ambiente más flexible para que se desarrollen acciones y un escenario más favorable para los donantes.

Los desafíos continúan siendo muchos, insistió, se ha logrado que los nuevos proyectos de cooperación tengan un enfoque más integral y de sostenibilidad, con objetivos más concretos y tangibles, pero no se han obtenido los mismos resultados con algunos que ya existían.

El contexto actual demanda de procesos más dinámicos para la promoción de las acciones de colaboración y de mecanismos para medir el impacto de la actividad, sentenció.

La diputada por Bauta, Ana Teresa Igarza, señaló que la posibilidad de invertir transversaliza a todos los entes de la economía cubana y que los principales problemas están en la falta de agilidad y previsión durante la negociación.

Hay que saber seleccionar los socios en cuanto a liquidez y claridad del negocio para no perder tiempo y que se concrete, lo cual corresponde al grupo negociador, argumentó.

Igarza, directora de la Oficina Zona Especial de Desarrollo Mariel, insistió en la importancia de que todos los organismos se vean reflejados con la necesidad de la inversión extranjera y de que haya un cambio de mentalidad.

Marcy Reinoso Torres, diputada por Pinar del Río, subrayó que se debe mantener y exaltar la identidad nacional en cada uno de los negocios, diferenciar en qué se debe invertir y buscar bienes y servicios que beneficien al pueblo.

A su juicio los organismos se han concentrado en las grandes inversiones y no en las pequeñas, las cuales también pueden ofrecer muchas oportunidades.

El parlamentario Victor Manuel Lemagne Sánchez expresó que tiene que haber rigor para que se cumpla lo pactado en la contratación, darle mayor papel a la representación cubana, y lograr el necesario encadenamiento para evitar importaciones en un momento en el que el país necesita divisas.

Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, diputado por Artemisa, afirmó que existe consenso en la importancia de la inversión extranjera para el desarrollo del país y que se necesita, pero no cualquier tipo, sino que debe ser rentable y ofrecer beneficios, encadenamientos productivos, identificar potencialidades para que pueda exportar y que así pueda gestionar parte de los gastos, disminuir el componente importado, rendir y amortizarse con sus ingresos.