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Larduet a tercera centralesLas Tunas.- Imprecisiones defensivas, un total de seis errores, encausaron el desafío sabatino en el “Capitán San Luis”, en la ciudad de Pinar del Río, donde Agricultores aseguró el pulso particular frente a Tabacaleros, al cosechar la sexta sonrisa, luego de vencerlos 8x7 en capítulos extras.

El nombre de Yuniesky Larduet parece girar en dirección contraria a las pifias, pero al jardinero le tocó “bailar con la más fea”, cuando su mala jugada le valió a Tabacaleros para estrenar el marcador con tres carreras. Sin embargo, la respuesta de la visita llegó en el cuarto acto, cuando tres imparables encontraron ayuda en deficiencias al campo para igualar las acciones.

El sexto episodio le brindó a Larduet la posibilidad de borrar los maleficios con el guante, tras equilibrar esfuerzos en la pizarra, con 5 anotaciones por bandos. Antes, el colombiano pisó la “goma” gracias a cañonazo a la pradera central de Yosvany Alarcón, el cual abrió el camino hacia el liderato de remolques, en ese momento con 24.

En el contexto futbolero actual, Juan Carlos Arencibia gambeteó al receptor tunero, pelota en mano, para apuntar la sexta. La suerte sonrió de nuevo a los anfitriones con otra “rayita” a causa del descontrol de los serpentineros orientales, además de la acertada selección de envíos de Yasmani Viera para conseguir un boleto con bases llenas.

No obstante, solo el out 27 dicta sentencia y a la hora de recoger los bates, la novena “verde limón” exprimió a Frank Luis Medina, a la postre el derrotado, hasta fabricarle par de carreras. Una vez más los defensores sucumbieron en la faena y Manuel Ávila figuró de protagonista con fly de sacrificio.

Con la regla Schiller, corredores en las almohadillas, un wild pitch hizo los deberes de la ofensiva dirigida por Carlos Martí, quienes cuentan con los cinco máximos impulsadores en el certamen.

Una bola franca, seguida de un tiro sorpresivo de Yosvany a la intermedia, dispuso el primer out para Alberto Pablo Civil, quien enrumbó lanzamientos en aras de apuntalar el cero del triunfo.