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Calixto (Majibacoa), Las Tunas.- Entre un propósito y otro, y otro más, anda siempre Maximiliano Rodríguez Hernández, un excelente productor de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) José Rodríguez López, de la comunidad de Río Ramírez, en el municipio de Majibacoa.

Su trabajo es el cotidiano de los campesinos, la atención a unas 15 cabezas de ganado, la garantía de comida y agua para esos ejemplares, el ordeño de las vacas, la ceba de los toros…, pero en su quehacer diario hay algo más que lo distingue de sus similares.

El productor junto a representantes de Pial en una evaluación de sus cultivos de cebolla Caribe 2El productor junto a representantes de Pial en una evaluación de sus cultivos de cebolla Caribe.Es que, de la mano del Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), se volvió más útil de lo que ya era porque concretó sus metas como productor de semillas botánicas de cebolla Caribe, tomate, maíz, soya, sorgo, lechuga y otras variedades, las que comercializa a los campesinos de su unidad.

"Mis tierras son en usufructo. Tengo poco más de 13 hectáreas, dedicadas a la ganadería, casi todas en áreas de potreros, con pastos naturales y sus corrales para el descanso de las reses. No siempre entrego la misma cantidad de leche o carne, pero cumplo mis planes.

"De las semillas, en total son unos 20 renglones y para eso dedico una hectárea que está pegadita de la casa. Desde hace unos meses solicité crecer en otra para ese fin y todavía no me la han asignado. A veces no se calcula la importancia de tener garantía de simientes".

El Proyecto PIAL sí lo valoró y sus representantes decidieron apoyar las iniciativas del productor, no solo con conocimientos prácticos y talleres, sino con una inversión material que favorece la conservación de esas variedades, un cuarto de frío.

"Eso me ha beneficiado mucho, en lo personal y para seguir aportando a la cooperativa y a la sociedad. Incluso, resolví un problema que tenía con la mujer -ríe mientras explica- porque le ocupaba el refrigerador con las semillas de cebolla, desde el primer día de agosto hasta el primero de noviembre, cuando las llevo al surco". 

De manera general, ha logrado buenos resultados. Tiene un pozo aceptable que se mantuvo vital en el período más intenso de la sequía y una turbina es su fiel aliada. Sin embargo, no tiene sistema de riego porque le venderían una si tuviera dos hectáreas en función de sus cultivos. Todavía espera respuesta a su solicitud.

El campesino majibacoense también es un fiel seguidor de la agroecología y su finca se transforma con el empleo de técnicas amigables con el medio ambiente. Hoy lamenta su riego por aniego porque "daña el suelo y le estoy destruyendo su capa fértil". 

Su compromiso es el de muchos otros, "entregar lo que tenga y lo que no tenga, hasta donde pueda" y bien merece tenerse en cuenta, para consolidar nuevos empeños porque es un importante pilar en la producción de semillas, y alivia a la economía local de los gastos asociados a su importación.