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escoltas Fidel La imagen es del paso de la Caravana de la Libertad por Camagüey. Aparecen a la derecha de la imagen Diego González Pérez «Pineda», «Paco» Cabrera y Francisco Leyva Santiesteban «Paquito»

Las Tunas.- La protección de Fidel era necesaria, y tiene los antecedentes tras su salida del Presidio Modelo de Isla de Pinos. Siempre estuvieron al tanto de su seguridad.

En México hubo compañeros destinados a esta tarea, entre ellos Cándido González Morales, su mano derecha en los preparativos de la expedición. Después del desembarco del Granma siempre había combatientes junto a él para protegerlo, como Universo Sánchez y Luis Crespo, entre otros.

En el combate de Pino del Agua II, los días 16 y 17 de febrero de 1958, participaron los pelotones de Raúl Castro Mercader y Paco Cabrera como parte de la Columna 4, al mando del Comandante Ernesto Che Guevara, y el de Efigenio Ameijeiras por las fuerzas del Comandante Raúl Castro. La acción fue dirigida personalmente por Fidel.

Después del combate, y fechada en la Sierra Maestra el 19 de febrero, es enviada una carta al Comandante en Jefe Fidel Castro en la que se le expresa: «Debido a la urgente necesidad y presionado por las circunstancias que imperan, la oficialidad, así como todo el personal responsable que milita en nuestras filas, quiere hacer llegar a usted el sentido de apreciación que tiene la tropa respecto a su concurrencia al área de combate.

“Rogamos deponga esa actitud siempre asumida por usted, que inconscientemente pone en peligro el éxito bueno de nuestra lucha armada y más que nada llevar a su meta la verdadera Revolución.... Pero por Cuba se hace y por Cuba le pedimos un sacrificio más. Sus hermanos de lucha e ideales”. Y la firman, junto al Che y otros oficiales, Paco Cabrera, Raúl Castro Mercader y Efigenio Ameijeiras.

Después de la ofensiva del Ejército de la tiranía, el 22 de agosto de 1958, un grupo de altos oficiales del Ejército Rebelde sugiere a Fidel la creación de un cuerpo de escolta personal, dada la importancia de su figura para la Revolución.
En esa reunión sugieren que el jefe de la escolta sea el capitán «Paco» Cabrera, como reconocimiento al prestigio entre sus compañeros, responsabilidad que cumplió hasta el día de su trágica muerte. En ese grupo inicial estaba el capitán Pedro Orlando Pupo Peña.

Al triunfo de la Revolución, Paco Cabrera continúa en la dirección de la escolta personal de Fidel. Dirige su protección hasta Santiago de Cuba y de allí hasta La Habana. En Bayamo se reorganiza e incrementa con otros combatientes. En ese momento se incorporan los primeros tenientes Francisco Leyva Santiesteban «Paquito», Diego González Pérez «Pineda» y Mariano Camacho Rojas «Marianito», todos del poblado de Delicias. En Holguín se une a la escolta un grupo de nueve combatientes procedentes de la columna 17 «Abel Santamaría», del Segundo Frente Oriental.

Este Grupo se encargó de la protección de Fidel durante todo el trayecto de la Caravana de la Libertad, hasta La Habana y continuó hasta 1961. Llegaron a ser 45 combatientes los que formaron parte de la primera escolta personal del Comandante en Jefe y lo acompañaron también en sus viajes al extranjero.

Tras el regreso de Fidel en su primera visita a Venezuela, en el que pierde la vida el Comandante Paco Cabrera, asume esta responsabilidad el capitán Pedro García Peláez y como Jefe de Grupo el también capitán, Pedro Orlando Pupo Peña. Los combatientes de Puerto Padre, integrantes de la escolta, estuvieron junto al Comandante en Jefe en disímiles misiones y viajes, para proteger su vida, entre ellos las visitas a Venezuela, en enero de 1959; a Estados Unidos y América del Sur, desde el 15 de abril al 8 de mayo de 1959; en las montañas de Sancti Spíritus para derrocar la invasión organizada y financiada por el presidente de Santo Domingo, Rafael Leónidas Trujillo, en agosto de 1959; en la captura de Manuel Beatón Martínez, quien había asesinado al comandante Cristino Naranjo Vázquez en Ciudad Libertad y tras huir se había internado en la Sierra Maestra y asesinado también a Francisco «Pancho» Tamayo, en febrero de 1960 y en las labores de salvamento cuando se produjo la explosión del vapor «La Coubre», el 4 de marzo de 1960.

En agosto de 1960 inició el bandidismo en Cuba, y con ello la lucha contra ellos. Fidel organizó y participó en diferentes acciones de combate, muchas de ellas con su escolta personal, entre ellas figuran la captura de los tres primeros bandidos en La Sierrita, del Escambray cienfueguero, el 8 de septiembre de 1960; la de la banda de Campito, en la finca La Paloma, en Minas de Motembo, en Corralillo, Matanzas, en diciembre de 1960; en la detención del asesino del maestro voluntario Conrado Benítez, en plena Sierra del Escambray.

En diciembre de 1960 se crea la Escolta de Montaña, integrada por ocho combatientes del Ejército Rebelde que pertenecían a la escolta personal, entre ellos Pedro Orlando Pupo y Diego González Pérez. Este grupo asumió responsabilidades hasta los días de Playa Girón, unos en la seguridad personal y otros al frente de Unidades de Combate, pero todos cerca del Comandante en Jefe. Tras la creación del Ministerio del Interior, se organizó la Dirección de Seguridad Personal de esa estructura, el 6 de septiembre de 1961, de la que también muchos tuneros han formado parte.

Para el coronel retirado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Orlando Pupo Peña, “haber estado en la escolta del Comandante, con otros compañeros, desde Santiago de Cuba hasta La Habana es uno de los grandes recuerdos de mi vida que no se apagan”. De ellos diría Fidel: “Si volviéramos a vivir otra vez el Moncada y el Granma, yo estaría muy satisfecho, muy orgulloso y muy tranquilo de poder conocerlos a ustedes y poder contar con ustedes”.