Puerto Padre, Las Tunas.- En el recuerdo quedan los meses de enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19 y también el del Hospital General Guillermo Domínguez López, de Puerto Padre, convertido en fortín para los médicos tuneros durante el momento más complejo desde la llegada del virus a la Isla en marzo del 2020.

Las maniobras de los especialistas ante la escasez de recursos resultan, cuando menos, proezas. Ángeles de batas blancas administraban los cilindros de oxígeno medicinal entre las abarrotadas salas de atención a pacientes positivos, para llevarles a todos un "suspiro".

Con el paisaje despejado por el control de la enfermedad, y con ello la vuelta a la normalidad, los puertopadrenses mantienen en la memoria aquellos horizontes grises. Sin embargo, por estos días las gratas noticias recorren los pasillos del "hospital grande", con la instalación de una planta de oxígeno.

"La institución realizó la solicitud al Ministerio de Salud, a raíz de las situaciones vividas durante la etapa de la pandemia, y se aprobó la llegada de la planta. Ha tenido una gran aceptación, tanto para las personas conocedoras, como para quienes sufrieron por medio de un enfermo allegado la falta de oxígeno", informó Aníbal Zarzabal García, especialista en Medicina Interna y Casos Intensivos, y director del centro hospitalario.

Poco esperaron los integrantes de la brigada de mantenimiento, junto a especialistas de la Empresa de Automatización Integral (Cedai), tras el arribo de la maquinaria, para acometer los preparativos del local, en pos de iniciar cuanto antes el procesamiento de gases.

"Hasta el momento lo más adelantado es la obra civil, pues el montaje del equipo no se ha realizado aún por la ausencia de elementos eléctricos, pero en los próximos días debemos tenerlos en las manos. Cuando contemos con todos los recursos y concluyan las labores constructivas, en 10 días la planta ya estará funcionando, a modo de prueba, en el llenado de los botellones", aseguró Boris Luis Rustan Téllez, especialista principal en la parte técnica de Cedai.

El artefacto, de procedencia china, llegó a la Villa Azul para resolver viejos problemas en la obtención del "aire" para los enfermos, quienes necesitan del auxilio mecanizado en el flujo del gas vital.

En palabras del galeno Zarzabal García, "durante la etapa crucial del combate contra el coronavirus, el hospital consumía entre 18 y 24 metros cúbicos (m3) por hora, mientras en condiciones normales las cifras rondan los nueve o 10 m3. Además, de acuerdo con el análisis de especialistas, la máquina puede estar conectada al conducto de la entidad y a la vez llenando los tanques".

Asimismo, el ingeniero Ruslan Téllez precisó que "la capacidad máxima de la planta es de 30 m3/h, pero en su funcionamiento óptimo alcanza los 23. En su porciento recomendable completará los tres o cuatro balones por hora".

En un futuro inmediato acompañarán este equipamiento clínico otras dos destinadas al hospital Ernesto Guevara, en la cabecera provincial, con características similares. Por su parte, la Empresa de Gases Industriales, en Las Tunas, asumirá la capacitación técnica del personal a cargo del proceso mecánico.