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Angel Luis Rodríguez productor ubpc Waldemar Membrado2 foto migueldn

Las Tunas.- Desde niño anda entre vacas y terneros porque cuando aún no levantaba cuatro o cinco cuartas del suelo se iba con su padre a la vaquería; y sentado en un banquito observaba atentamente cómo su progenitor trataba a las reses, les hablaba en el oído y las ordeñaba. Y para él era una fiesta ver cómo aquel líquido blanco llenaba el cubo, hasta que la espuma casi se derramaba.

Hoy, quienes lo conocen de cerca saben que es obsesivo en eso de cuidar vacas y terneros, o lidiar con toros que pesan más de 500 kilogramos y fajan aunque lo vean todos los días y, hasta cierto punto, lo conozcan.

"No haga mucho caso a lo que digan de mí porque exageran. Solo me gusta cumplir con mi trabajo", dice Ángel Luis Rodríguez desde la altura de su caballo, atento a los terneros que están a su cuidado.

Angel Luis Rodríguez productor ubpc Waldemar Membrado foto migueldn"Lo que pasa es que todos los días de este mundo trato de ser como mi padre, quien fue un gran ganadero, un buen jefe de vaquería y un buen productor de leche, y aunque ya está retirado me sigue y me da ánimo para ser mejor".

Como jefe de la finca de desarrollo de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Waldemar Membrado, en el municipio de Las Tunas, dedica todo su esfuerzo a la cría de terneros hasta que crecen. Entonces las hembras se van al centro de novillas y los machos para la ceba.

"Yo toda la vida he sido ganadero porque lo aprendí de niño. Me gusta trabajar con los animales y luchar para que no tengan problemas ni se mueran. Claro, lo de ganadero está en la sangre, el que no traiga la ganadería en la sangre es por gusto; se puede estudiar, pero si no le gusta es como si nada".

En tiempos en los que el delito es un flagelo en los campos, en la finca de Ángel no hay problemas con eso.

"Aquí tenemos buenos corrales. Cuando yo tranco le entrego al guardia la cantidad de ganado que tengo. En una libreta firmamos él y yo, y al otro día por la mañana le recibo, veo a cada animal para observar su estado de ánimo y antes de soltarlos al potrero reviso las cercas para comprobar si no las han picado, si están bien, para que los terneros no se salgan". 

La labor de Ángel Luis es paciente, ardua, difícil... Pero resulta reconfortante y se le sube el orgullo cuando entrega esos terneros que crecieron bajo su sombra.