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ciudad limpieza rey

Las Tunas.- Es tema complejo la recogida de desechos sólidos en Las Tunas. El municipio cabecera, por citar el ejemplo más prominente, genera 33 mil 200 metros cúbicos cada mes. El 86,2 por ciento de ese volumen, que está lejos de ser una cifra pequeña, es recogido a través de la tracción animal.

Si a ello sumamos el incremento de las indisciplinas sociales, que incluyen vertimientos de desechos fuera de horarios, en sitios no concebidos para eso, y otros males, la situación se torna, a ratos, insoportable.

Los carretoneros son, por tanto, figuras claves en el imperativo de mantener limpia la ciudad y sus alrededores. De los 247 que se necesitan laborando para el éxito de esta tarea en la urbe apenas circulan 101 actualmente, datos que ilustran, sin requerir de mayores análisis, lo complejo del panorama cada día.

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MIRADAS ADENTRO

La principal causa de la inestabilidad de esa fuerza está en la inconformidad que tienen con el régimen tributario existente. Así lo explicaron los expertos a 26.
Y también dijeron que ahora pasarán al régimen normal, lo que les eleva la cuantía de la patente, la Seguridad Social y, al final del año, deberán pagar un tributo que es del 15 por ciento de los ingresos del total que se devengue.

Al conversar con los carretoneros el asunto sigue añadiendo insatisfacciones. Porque ellos hablan sin tapujos del costo de mantener la yerba para la alimentación de los caballos, y la miel, que no se comercializa y hay que hacer “maravillas” con eso; abundan en el precio de los herrajes y demás aditamentos para que las pachangas funcionen y hasta de irregularidades con las tarifas puntuales de uno u otro mes de labor.

A eso agregan que Comunales es una entidad que les paga por un servicio que ellos brindan como cuentapropistas, o sea, que no tienen acceso a que les vendan ropa de trabajo, guantes, botas de goma, aunque existieran en sus almacenes; porque está establecido que deben garantizar por sí mismos los recursos para realizar su faena.

Por otro lado, la competencia del sector privado es tentadora. “Mira -me dice un cochero sesentón enrumbando en la mañana por la calle Martí- yo dejé eso de trabajar con Comunales y me ha ido mucho mejor.

“Me quité de arriba el andar todo el día lleno de churre, con riesgo de enfermarme porque entre los desechos hay muchas cosas que pueden hacer daño y te revisan los papeles una y otra vez. Ahora, pues alquilado, con un par de buenas carreritas en el día, o botando escombros de una construcción, salgo bien.

“Además, los negocios no estatales me van conociendo y me llaman para transportar productos; ya a las 3:00 de la tarde estoy en la casa, gano más y sudo menos”.

Los directivos de la empresa, conocedores profundos de esta realidad, buscan variantes que incluyen agilizar los trámites y las licencias operativas para los interesados en apoyar la recogida de basura; también explican que en un segundo momento este régimen tributario que inicia va a quedar a facultad de las autoridades pertinentes a escala provincial, y eso haría que cada terruño tuviera el chance de efectuar cambios en tal sentido.

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LA OTRA CARA DE ESTA MONEDA

Raúl Ernesto Martínez Rodríguez, subdirector de Higiene y Necrología en la Dirección Provincial de Comunales, domina esta trama. Habitualmente recorre la ciudad para acompañar, de primera mano, el proceso de limpieza y sabe que, a los evidentes problemas de falta de recursos se le adicionan las indisciplinas sociales constantemente.

“Estamos trabajando en un nuevo sistema que nos permita pagar de forma escalonada, progresiva y tratar de incentivar más el salario. El coeficiente de disponibilidad técnica de los equipos mecanizados es muy bajo ahora mismo y por eso la tracción animal seguirá siendo vital para mantener pulcra esta localidad.

“En algunas fechas ha sido necesario que los carretoneros transiten en la noche, o la madrugada, para que todo amanezca limpio, porque se acumula mucha suciedad. Laboramos constantemente, y muy duro.

“Asimismo, estamos concretando encadenamientos con otras entidades que sí pueden ayudarnos con transporte y nosotros pondríamos la fuerza de trabajo. Con la parte mecanizada priorizamos los sectores de Salud y Educación, para no sacar de cada una de sus zonas a los carretoneros.

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Los expertos aseguran que cerca del 70 por ciento de los desechos sólidos que se acumulan en Las Tunas son de construcciones, podas en patios y de fuentes de generación y residuos sólidos que debía de buscarse la manera de evacuarlos de otra forma.

Insisten en que el vertimiento en cualquier esquina, en horarios no establecidos, es un dilema constante y que, en no pocas ocasiones, al que bota esos desperdicios le importa poco que esté muy cerca una escuela, un círculo infantil o un área de Salud. Así nacen los microvertederos, que se vuelven casa de roedores y fetidez.

Ojalá usted no sea uno de los que actúan de manera tan inconsciente. Solo si lo comprendemos todos, volveremos a ser una ciudad limpia, muy limpia. Algo que no se consigue con cartelitos de un día, sino con esfuerzo cotidiano, desde todos los frentes de labor.