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Las Tunas.- Al cierre del pasado año, la provincia tenía un fondo habitacional de 187 mil 49 casas, cifra que muchos verían como un territorio que no tiene carencias en este sentido y en el que hay poco por hacer.

Ya en el 2023 los retos continúan. Son los municipios de Jobabo y Majibacoa los que tienen las peores condiciones en este sentido, y los que reciben gran porciento de los recursos destinados a la construcción que llegan al territorio para mejorar esta situación.

"Jobabo cumplió el plan de la vivienda en el mes de febrero, pero nuestra prioridad en estos momentos es proveerlo de recursos para que pueda mejorar las casas que requieren rehabilitaciones", dijo Héctor Rodríguez Espinosa, director de la Dirección Provincial de la Vivienda.

De igual modo, se trabaja en la localidad cabecera para sacar adelante todas las obras constructivas de alta relevancia en el Programa de la Vivienda.

"Para llevar a cabo estas acciones se crearon microbrigadas estatales en Metunas, Acinox y Acopio, que tienen capacidad constructiva para satisfacer las necesidades de sus trabajadores y contribuir con los casos más vulnerables de cada municipio", señaló el directivo.

Para el presente año, se espera culminar todos los derrumbes parciales y continuar desarrollando alternativas de cubiertas, teniendo en cuenta las de bóveda, las cuales son sólidas y ayudan a la reducción de materiales como cemento y acero.

Manuel Pérez Gallego, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Las Tunas, refirió a los directivos involucrados en estas faenas: "Para sacar adelante lo propuesto, se debe partir de un diagnóstico de las necesidades del territorio y de los planes productivos de los materiales de construcción, los que deben cumplir con esta demanda. Ese es uno de los mayores desafíos que tiene hoy la provincia".