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Temporada Ciclónica Tribuna de La Habana

Puerto Padre, Las Tunas.– Las lluvias en las primeras jornadas de junio han relegado a planos secundarios el comienzo del período más feroz de la naturaleza. En el recuerdo de los puertopadrenses permanecen las imágenes, luego del paso del huracán Ike en el 2008, por tanto, cada medida de precaución se asume con el doble de rigurosidad.

En declaraciones de Joandro Vidal Sánchez, especialista principal en la Estación Meteorológica, en el territorio, “para esta temporada tenemos un pronóstico de normal a poca activa, con la formación de 11 organismos tropicales, en los que cinco pueden alcanzar la categoría de huracán. En relación con el surgimiento de los eventos, siete se formarán en aguas del Atlántico, dos en el Caribe y otros dos en el Golfo de México. Por tanto, las probabilidades de que nuestro país sea afectado ronda el 40 o 45 por ciento”.

Con la sapiencia de un cambio constante en las condiciones ambientales el seguimiento de los expertos indica que “las temperaturas del mar Caribe y el océano Atlántico han estado por encima de la media en los primeros meses del año, lo cual favorece la formación y desarrollo de los fenómenos atmosféricos; sin embargo, las corrientes de aire superior, en estos momentos, no propician un aumento de intensidad, de ahí la disminución en los cálculos sobre una posible incidencia en la Isla”, según palabras de Vidal Sánchez.

Si bien los estudios vaticinan un apacible transcurrir a lo largo de los 183 días de gestación de tormentas, las autoridades mantienen la guardia por todo lo alto, en aras de conservar la responsabilidad ciudadana y, al mismo tiempo, minimizar las pérdidas humanas y materiales.

“Previo al inicio de la etapa ciclónica realizamos una semana de reducción de riesgos con la intención de preparar las distintas entidades de la localidad. Aunque, bien es cierto, siempre queda por hacer, por parte de los diferentes componentes de la sociedad, pues una acción tan simple como podar un árbol puede evitar males mayores. Lo que sí es una realidad la preparación de los centros de aislamiento, el trabajo en las zonas bajas y la activación de los mecanismos pertinentes”, aseveró Jorge Alfredo Pozo Mastrapa, director del Centro de Gestión para la Reducción de Riesgos.

Sin despreocupar la situación actual, sobre todo con la mirada puesta en el estado de llenado de los embalses, aún con capacidad de absorción dada la intensa sequía precedente, la experiencia de la Villa Azul respecto a los huracanes sirve de escudo ante el peligro. La clave radica en llevar a todas las demarcaciones las disímiles tareas de prevención.