
Las Tunas.- En lo que va del mes de agosto han precipitado en la provincia de Las Tunas unos 55 milímetros (mm) de lluvia, algo así como un 45 por ciento de la media histórica para estas fechas (125 mm).
Mirtha García Rojas, delegada de Recursos Hidráulicos aquí, explicó que es agosto un mes seco dentro del período lluvioso, y dijo que los municipios de Majibacoa y Las Tunas (sobre todo el área correspondiente a esta ciudad) han registrado los mayores aguaceros de estos días.
Pero el agua caída, incluso cuando ha llegado a ser localmente intensa, solo beneficia al lugar exacto del buen chubasco; aunque, vale decirlo, la presa El Rincón ha recibido alrededor de 750 mil metros cúbicos (m³) de agua, que no es mucho, pero permite ahora una cobertura de agua de 133 días, levemente por encima de las 115 jornadas que atesoraba antes.
Por su parte, la presa Cayojo ha recibido 150 mil m³ de lluvias e incrementó también su cobertura el embalse Copo del Chato; mientras, Playuela, en Majibacoa, presa que abastece a casi todo ese terruño y al encargue por pipas, sigue con una situación desfavorable.
La experta dijo que los 23 embalses que administra Recursos Hidráulicos en el territorio se encuentran al 29 por ciento de su capacidad de llenado, con 123 millones de m³ de agua de los 350 que pueden alcanzar.
También acotó que 40 obras hidráulicas están impactadas por sequía en la provincia, sobre todo subterráneas, con 84 mil habitantes sufriendo afectaciones concretas en estas tierras secas del oriente cubano.
El municipio de Jesús Menéndez tiene los menores perjuicios; y los pequeños microacueductos de zonas de Majibacoa y Las Tunas están entre los más deprimidos de toda la provincia.
"Amancio" tiene afectadas cuatro zonas de su parte rural. "Colombia" sufre igualmente la intensidad de la sequía; y Manatí, el terruño más seco por acá, solo tiene impactos evidentes por este particular en Collada, la Victoria y Managua; al tiempo que se han ubicado grupos electrógenos en el Cerro de Caisimú y la zona del Puerto, para favorecer el servicio.
Los ojos están atentos a madre natura, porque, hasta el mes de octubre, transcurre el período lluvioso y, si ella nos favorece, volverá el líquido a cubrir los embalses y traer algo de calma a quienes ven descender el agua de sus lugares.