Las Tunas.- La gestión de la adversidad energética en la provincia es un complejo ejercicio de equilibrio entre la demanda, la generación disponible y la necesidad de mantener las prestaciones esenciales. Así lo resumen los especialistas de la Empresa Eléctrica local.

No es la primera vez que 26 aborda este asunto; sin embargo, la persistencia de una evidente diferencia entre los lapsos de cortes al servicio entre la cabecera provincial y el resto del territorio sigue estando en la picota pública. La exhortación de la máxima dirección del país a reducir en lo más mínimo esa disparidad añadió más leña al fuego del debate.

Curiosamente, la relativa rotación en los "apagones" en la principal urbe tunera la distingue de manera positiva frente a lo que ocurre en otras capitales territoriales cubanas. ¿Cómo es esto posible?

NO HAY FAVORITISMOS, SÍ PRIORIDADES TÉCNICAS

El consumo eléctrico de Las Tunas ronda los 110 megawatts (MW), con picos que pueden alcanzar los 115 MW en horarios críticos, entre las 6:00 y 8:00 de la noche, comienza diciendo Yordis Vega Espinosa, director del Despacho Provincial de Carga de la Empresa Eléctrica. La demanda en verano, aunque menor que en invierno, aclara, es más prolongada y puede extenderse hasta la 1:00 de la madrugada, dificultando la operación del sistema.

El primer paso, añade, es la identificación de los circuitos no apagables, que es donde se ubican en la cabecera, entre otros, centros vitales como los hospitales, el Banco de Sangre, las empresas Pesquera y de Productos Lácteos, las estaciones de bombeo de agua potable, o centros de la Enseñanza Superior como Ciencias Médicas y el campus Pepito Tey de la Universidad de Las Tunas.

Sucede que "a esas instituciones tenemos la posibilidad de llegar con el servicio desde dos circuitos por diferentes lugares". Además, detalla, "todos estos organismos se encuentran casi siempre a finales de un circuito. De manera que, para llegar a ellos con la energía, debemos pasar, por así decirlo, por toda la ciudad de Las Tunas, porque las subestaciones eléctricas, que son las que alimentan a la urbe, están ubicadas en la circunvalación Norte".

Algo parecido ocurre con las estaciones de bombeo de agua que, por estar en la salida hacia las provincias de Holguín y Granma, energizarlas implica "atravesar" en pleno la localidad.

En ciudades como Puerto Padre no ocurre así, esclarece. Sus dos hospitales se hallan al inicio de la línea, por lo que, en horas de baja disponibilidad de generación, puede dárseles el servicio con menos carga, porque en el recorrido no hay zonas residenciales que eleven la demanda.

Hay otros circuitos dentro de la Capital de la Escultura Cubana que tangencialmente sufren menos "apagones". Son los que se encuentran en lugares aledaños a las baterías de motores de diésel del sistema de generación distribuida, edificados al calor de la Revolución Energética de principios de este siglo.

"En el momento de construirlos -argumenta Vega Espinosa- no estaban disponibles los transformadores requeridos, que hubieran permitido enlazarlos directamente con las líneas de transmisión de la red nacional". Esto requirió que se aplicara una solución consistente en la creación de cinco circuitos de distribución, a través de los cuales esas baterías se enlazarían con el Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

"Esa realidad, entonces -prosigue Yordis-, terminó favoreciendo los hogares ubicados en, por los menos, tres de esos referidos perímetros, porque podemos hacer también una rotación entre estos para evacuar la generación de las baterías diésel. Eso únicamente pasa en nuestra provincia".

DE 12 A MÁS DE 20 HORAS DE AFECTACIÓN: ¿POR QUÉ?

Empero, esas razones no parecen suficientes para comprender por qué en meses anteriores sí era posible definir una programación más o menos estable para el resto de la geografía tunera, o qué ocurre específicamente con el circuito 2020 que abastece la zona sur y, particularmente, el municipio de Jobabo y un porciento de "Colombia".

Anisley Santiesteban Velázquez, director técnico de la Empresa Eléctrica, expone que el "2020" presenta una situación particular, porque está enlazado desde la vecina provincia de Camagüey. Con todo y eso, enfatiza, han explorado algunas variantes a fin de llegar con la energía a esa u otras partes meridionales del Balcón del Oriente Cubano.

"Durante un tiempo -ejemplifica- para flexibilizar la afectación en el territorio de Colombia alimentamos la mitad del municipio desde el circuito C840, que viene de la subestación de 110 kV desde 'Amancio'. Sin embargo, esto sobrecalentó los transformadores, condujo a salideros de aceite y creó riesgo de incendio, por lo que tuvimos que eliminar esa solución.

"Cuando estuvieron fuera del sistema las termoeléctricas de Felton y Guiteras -acota Yordis- teníamos como promedio de afectación entre 18 y 19 horas. El aumento se debe a que tuvimos un déficit diferente con una demanda mayor, que sobrepasó los tres mil 500 MW a nivel nacional, mientras la generación presentaba problemas.

"Salieron de circulación plantas principales y las estaciones flotantes, lo que disminuyó la generación en unos 300 MW. Cuando la provincia supera el 50 por ciento de afectaciones no podemos trabajar por el sistema de bloques. A las 5:00 de la tarde ya tenemos el máximo apagable y no es posible brindar servicio a nadie hasta que mejore el sistema o baje la demanda, algo que ocurre alrededor de las 11:00 de la noche.

"Tratamos, en los meses de verano, de priorizar el litoral norte. 'Jesús Menéndez' tiene objetivos priorizados durante el día, por la Salina, el puerto..., no así por la noche; aunque en la etapa estival pudimos sostenerlo.

"El circuito TK53 -esclarece el directivo- alimenta toda el área de El Socucho y logramos mantenerlo con servicio durante el verano, porque es más pequeño, consume alrededor de 1,5 MW. Una vez terminada la fase veraniega empezamos a rotar a Puerto Padre, al igual que los demás municipios. Hemos tratado de llegarle con la corriente a 'Jesús Menéndez', pero eso no siempre ha sido posible y esa zona se afecta un poco más.

"Hemos presentado algunos problemas con los circuitos de la Villa Azul, porque sus subestaciones, cuando pasan esta cantidad de horas afectadas, provocan sobrecargas en los transformadores y causan disparos en los circuitos, lo que ha hecho que tengamos más tensa la situación. Por eso, tomamos la decisión de que los TK47 y TK53 no tuvieran servicio en el mismo horario; y seccionar el TK48 para poder cubrir una parte de Puerto Padre hasta que bajara la demanda, y después llegar a Maniabón y Vázquez", asegura.

Las comunidades rurales la pasan peor, admite, pues reparar las averías se ha vuelto más difícil, por el mal estado de los viales. "A veces quedan pendientes de una jornada para otra y permanecen sin servicio hasta dos días. Por eso, coordinamos con los delegados de circunscripción y con los vecinos, quienes nos ayudan con tractores o vehículos de tracción animal para que nuestros técnicos puedan acceder a los sitios donde ocurren las averías".

En el sur, señala Anisley, la cuestión fue diferente. "En los dos meses de verano y parte de septiembre casi siempre estuvimos con el máximo apagable, porque las afectaciones nacionales estuvieron por encima de los mil 200 MW. Especialmente después de las 4:00 de la tarde, la demanda de los circuitos priorizados superaba los 30 MW y eso nos colocaba en el máximo apagable; al tiempo que el Despacho Nacional nos exigía mantenernos en ese límite.

"Solo después de las 12:00 de la noche, cuando nos mandaban a servir 5 o 10 MW, podíamos restablecer circuitos, siendo el '2020' de los primeros en seleccionarse, por no estar en la misma barra de los 30 MW".

¿QUÉ IMPIDE VOLVER A LAS ROTACIONES DE LOS DOS BLOQUES?

"Cuando lleguemos a tener una estabilidad en el déficit de generación, que no sobrepase el 50 por ciento de la demanda de afectación en la provincia, responde Yordis, podremos retomar los dos bloques que hubo en algún momento. Todo depende de los mantenimientos de las plantas, las averías y el clima; específicamente, de la disminución de las temperaturas".

En sus argumentos, el titular del Despacho Eléctrico descarta una voluntad manifiesta de favorecer injustamente a una zona por encima de otras. Las decisiones, recalca, se toman con base en criterios técnicos y sociales. La priorización de circuitos responde a lo imprescindible de mantener servicios de primera necesidad y a la infraestructura existente, como la doble alimentación a hospitales.

Por su parte, el titular técnico de la Empresa Eléctrica tunera es enfático en que las decisiones aquí no son inconexas con lo que ocurre en otros lugares de la nación. Cada determinación se toma con el visto bueno del Despacho Nacional de Carga, desde donde se supervisa paso por paso. "Nosotros podríamos restablecer algunos circuitos del sur, pero es imposible servirlos hasta que nos asignen capacidad. De lo contrario, nos preguntarían: '¿Por qué cerraron (poner la electricidad) si no les hemos dado nada?'. 

"En los últimos días -comenta- la demanda ha bajado alrededor de 300 MW debido a los cambios de temperatura y a que mejoró la generación. El pico eléctrico ahora se produce alrededor de las 7:20 de la noche y después de las 8:00 baja de manera considerable la demanda. En ese instante casi siempre nos están dando 5 o 10 MW, que utilizamos para servir los circuitos priorizados, como el 2020 y otros del sur, que son los que están directamente conectados desde Camagüey".

El objetivo, concluyen ambos, sigue siendo retomar el sistema de dos bloques de rotación, cuando la generación se estabilice y el déficit provincial baje del 50 por ciento. Mientras, el Balcón del Oriente Cubano depende de que se mantenga la generación térmica nacional por encima de los mil 900 MW, se incorpore la generación solar y las temperaturas continúen su descenso, aliviando la demanda nacional.