Las Tunas.- La voz de mando es clarísima en el silencio de las inmediaciones del hospital Guillermo Domínguez, del municipio de Puerto Padre. El cable de las instalaciones telefónicas permanece en el suelo, pero las manos expertas buscan el punto exacto de la posible afectación. “Revisa otra vez, más adelante”. “Este está mojado”.
Con los primeros soles, después del paso del huracán Melissa, Fidel echó garra a su casco, unas muditas de ropa y se enrumbó, junto a su brigada de empatadores de la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S. A. (Etecsa), a devolver la vitalidad de la telefonía en la Villa Azul.
Como operario de una brigada de cables ha vivido en primera fila el daño del evento meteorológico: postes partidos, tendidos en el suelo, terminales destruidas. Cerca de la instalación hospitalaria hace magia con el tramo que no es apto para el servicio, pero que debe empatarse y asegurar su actividad porque “no hay para cambiarlo”.
Fidel Cruz Galeano, desde antes del alba, se enfrasca en recuperar todos los cables a su alcance, verificar que no tengan huecos ni estén mojados, de manera tal que se encuentren en condiciones de seguir trabajando hasta que haya recursos disponibles para cambiarlos. “Ese día no es hoy” -aclara.
“Yo soy fundador de Etecsa, desde 1984 visto este uniforme. El destrozo de los fenómenos atmosféricos lamentablemente es algo con lo que estoy acostumbrado a lidiar. Cuando no impactan en suelo tunero, nos trasladamos meses a otras provincias. Es parte de nuestra profesión” -me cuenta.
“De todas formas uno siente los problemas de la gente. Este pueblo estuvo casi cinco días sin corriente y los teléfonos forman parte de la vida cotidiana; escuchar la voz del otro lado del familiar…, esa cercanía alivia el alma de las personas. Tal realidad nos mueve a trabajar más y mejor”.
En la mente guarda el veterano la destrucción provocada por el huracán Ike en ese mismo territorio hace más de 10 años. “Puerto Padre es como mi segundo hogar, porque la profesión me trae aquí una y otra vez. La diferencia es que antes había más recursos, ahora estamos laborando a fuerza de compromiso y creatividad”.
Bajo el sol de las 3:00 pm se arreglan las interrupciones. Una grúa llegó antes a levantar postes y cables. Fidel y sus compañeros los dejan conectados y ponen las cajas terminales. Otra brigada llegará luego: la de los reparadores. Es un engranaje bien pensado, cuyo fin es la vitalidad del servicio telefónico.
“Ya estamos en fase límite, yendo prácticamente a los detalles. Este viernes debemos dejar todo listo, porque nos informaron que de lunes a martes partimos a colaborar a la provincia de Santiago de Cuba, para donde manden…”.

MOMENTOS DE LA RECUPERACIÓN
Gustavo Calzada Millán, al frente de la brigada de cables de la unidad operativa de Las Tunas, asegura a 26 que una vez que recogieron los recursos disponibles en la provincia han venido peinando el municipio villazulino, para lograr muy pronto cumplir con su misión.
“Los daños, en la mayoría de los casos, no fueron totales, pero afectó mucho el derribo de los árboles, que nos ha acabado con las rutas. Gracias a un levantamiento preciso supimos dónde intervenir y eso ha acelerado el proceso” -agrega.
Muchos otros rostros tapizan la recuperación de la telefonía en esta localidad. Allí llegaron no solo desde la cabecera municipal, también de “Amancio”, “Colombia”, Jobabo y Manatí.
Melissa seguirá marcando las jornadas de estos hombres en las próximas semanas. A su paso, el trabajo se entreteje con gestos nobles e historias de agradecimiento. Pesa estar lejos de la familia, distante de casa…, pero hay un compromiso, casi tangible, que los impulsa a ayudar.