
Las Tunas.- Mientras los vientos de Melissa azotaban la región oriental, la mayoría de la población buscaba resguardo. Entre tanto agobio, un sonido distinto al de la tormenta comenzaba a surgir en Las Tunas; los motores de taxis y triciclos de combustión se convertían, en ese momento de caos, en un símbolo de esperanza y humanidad.
Los trabajadores de la Agencia de Taxis Las Tunas ofrecieron una vez más una lección de lo que significa la solidaridad práctica, la que no se anuncia, sino que se ejecuta. No se limitaron a esperar la llegada de la tormenta; por el contrario, se adentraron en la noche y la adversidad para tender una mano a quienes más lo necesitaban.
En un operativo silencioso, pero elocuente, varios vehículos trasladaron a los pacientes hemodializados, sirvieron de medios de transporte para los trabajadores de la Salud y se mantuvieron en centros de evacuación.
Pero no les fue suficiente, se movilizaron a la espera de la llegada de personas de la provincia de Granma. No era una carrera más ni un servicio con tarifa. Era una misión. Su objetivo era claro, asegurar el traslado seguro de estas personas hacia los centros de evacuación previamente preparados.
Este acto desinteresado trasciende el simple auxilio y habla de una comunidad unida. Mientras las máximas autoridades del territorio activaban el Consejo de Defensa Provincial, estos taxistas no dudaron en cumplir con su objeto social. Además, decidieron donar a los damnificados elementos básicos fundamentales para su estadía en estos centros que por algunos días serán sus casas.
Se sumaron a la celebración de los 15 años de María Elena, la niña de la comunidad de Miradero, en Río Cauto, Granma, que se encuentra protegida junto a su familia en el centro mixto Simón Bolívar del municipio cabecera. A ella llegaron con regalos, además de ceder sus medios para la movilidad en todo el proceso de preparación.
Los taxistas tuneros saben de empatía, de solidaridad. Son héroes de amarillo que no llevan capa, sino que se mantienen detrás del volante el tiempo que sea necesario sin mirar la hora ni quejarse por las fuertes lluvias. La Agencia de Taxis Las Tunas, una vez más, demuestra que su mayor capital es su gente.
