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Las Tunas.- "Mamá, ¿cómo usted va a donar todas sus batas de casa nuevas? Quédese con estas dos, que son fresquitas".
- "Me dan mucho calor y las que me gustan son las que estoy usando. Mija, ¿tú no viste la foto de la muchacha de los cinco niños que lo perdió todo? Yo no me voy a quedar con ningún trapo guardado".

Parecía que las huellas del huracán Melissa ya estaban al descubierto en suelo tunero, cuando desde la madrugada del día 31 de octubre supimos por las redes sociales que miles de personas procedentes de Río Cauto, Granma, estaban llegando hasta la provincia a causa de las inundaciones provocadas por el huracán Melissa.

El chirrido del tren sacó del letargo a familias diversas, niños con la viva estampa del miedo, ancianos de muletas improvisadas y algún que otro perrito amañado bajo el brazo. El equipaje, en la mayoría de los casos, eran bolsos de nailon con lo que tenían a su disposición, porque el tiempo no dio tregua, ni la vida hoy ofrece muchas posibilidades.

Bajaron hasta el andén con el signo inequívoco de los pequeños pueblos cubanos de campo, marcados por las necesidades y la humildad. Las fotos de los barriecitos inundados, luego, completaron el panorama. Años de sacrificio bajo el fango, los escasos equipos electrodomésticos perdidos, los sembrados, los animales, las fotos, la esperanza…

inundaciones rio cauto 2025 0088

DÍAS TRISTES

El instituto politécnico agropecuario (IPA) Manifiesto de Montecristi abrió las primeras puertas. La información, desde los albores del traslado, tocó de cerca a los pobladores de Jobabo: se necesitó el pan de la canasta básica para preparar el desayuno de los evacuados. Aquella no sería la única muestra humanitaria.

A la mañana siguiente emergieron las donaciones. La gente común se convocó enseguida, por más que también estuvieran castigados por la crudeza económica. Y se amontonaron paquetes de detergente, jabones, íntimas, juguetes, ropa curtida de vivencias ajenas, esos destellos que hacen grande al cubano.

El municipio de Colombia y la capital tunera se sumaron a la acogida de los damnificados, lo mismo instituciones estatales que casas de familia; hay quien tuvo una decena en su hogar. A la par, las fuerzas del Ministerio del Interior y voluntarios de la Cruz Roja de esta provincia se trasladaron hasta Guamo y colaboraron con el rescate de cientos de personas que aguardaban, incluso, sobre los techos de sus viviendas.

Las palabras y el lente de un reportero, que evidenció 30 horas de devastación por los deltas del Cauto, trajeron hasta 26 la mirada húmeda de esa travesía protagonizada por los medios anfibios de la FAR y cuyo avance permitió que llegaran hasta nuestro suelo pobladores desesperados por encontrarse empapados, hambrientos… Solo venían con lo que traían puesto, pero agradecidos por la vida.

peloteros evacuados las tunas

EL INEQUÍVOCO DE LA SOLIDARIDAD

El gesto de los Leñadores de Las Tunas fue el impulso de la solidaridad que ya había echado a andar, mucho antes, en el Balcón de Oriente. Otra vez, desde las redes sociales, los vimos aparecer con cajas en la escuela de iniciación deportiva escolar (EIDE) Carlos Leyva González, en esta ciudad.

Las historias se fueron sucediendo en una amalgama gris, pero la gente de mi tierra se volvió inmensa. Por un post de Facebook supimos que un anciano llamado Antonio necesitaba un par de chancletas de número 41, que su amigo septuagenario calzaba el 43. Los comentarios debajo sacaron lágrimas y aseguraron los recursos que se expusieron y más.

Propietarios y conductores de bicitaxis en Jobabo llevaron confituras, tejidos, jabones y otros artículos hasta los centros de evacuación más cercanos. Luego, motoristas tuneros desafiaron las distancias y llegaron hasta Granma con el equipaje de la hermandad. Los rostros curtidos por el sol regresaron a su hogar con la tranquilidad del deber cumplido.

Un doctor del pediátrico Mártires de Las Tunas, Daniel del Toro, encabezó un movimiento espontáneo para ayudar a una mamá de Río Cauto que tenía a su niño de 1 año ingresado en la sala de Gastroenterología de esa instalación sanitaria. Hasta su camita llegaron alimentos, ropas, zapatos, sábanas, afectos que no hay manera de contabilizar.

Antiguos alumnos del instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge, nuevos actores económicos, pueblo en general, llevaron hasta este centro donaciones hechas desde el amor al prójimo, con la sazón de quien comparte lo poco que tiene, en un momento de inflación, de insostenibilidad económica, de crisis.

Samuel nació en esta comarca de cactus como recordatorio de que la vida siempre puja hacia arriba. La Inmobiliaria de Servicios y el Sindicato Provincial del Comercio, la Gastronomía y los Servicios CGS se encargaron de que el pequeño de sangre granmense tuviera su canastilla y se llevara a casa un abrazo cálido de esta geografía. Hermoso y fuerte se adentró en este mundo.

El estudio SxFotos le regaló a María Elena las instantáneas de sus 15. Desde la sensibilidad de Gianny López Brito y la pluma fresca de nuestra Leanet, supimos que muchas manos se convocaron para que tuviera una celebración bonita, por más que ella hubiese preferido estar con los suyos, en su pueblo, sin la huella húmeda que se llevó de golpe mucho más que el dinero para hacer posible su fiesta.

Seguimos el vals de la muchacha de azul desde el lente y también puso agua en los ojos de las familias tuneras cuando los padres se voltearon a verla maquillada y… ahí hubo emoción y dolor sin palabras.

Hubo, y todavía hay, mucha más muestra de solidaridad anónima, espontánea. Venida, igualmente, desde nuestra gente de afuera. Me atrevo a decir que afloró una sensibilidad que teníamos atorada, con sabor a vida y momento difícil. Qué orgullo ha suscitado esta empatía auténtica, sin maquillajes… Qué bueno que supimos poner la mano en el brazo de los necesitados, y hacerles saber que pueden contar con nosotros.