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Las Tunas.- Muy feliz con la Granja Urbana del municipio de Las Tunas está Leonides Serrano Escobar, un joven que dejó su nombre a un lado, al menos para las relaciones interpersonales que sostiene con familiares, amigos y compañeros de la cooperativa de créditos y servicios Eliseo Reyes.

“Son muy pocos los que me llaman por mi nombre. La mayoría me conoce por Manzano, un apodo que me acompaña desde pequeño y que se debe al ingenio de un primo mío, por unos platanitos fruta que nos comimos sin permiso de los mayores.

“Pero no me molesta. Estoy adaptado y hasta me gusta que me llamen así”.

Y con igual desenfado recibe a los reporteros que lo visitan en un mediodía soleado, cuando acababa de llegar de la finca, porque “esta tarde vienen a recoger tomates. Ese es uno de los cultivos que tengo ahora y estamos en época de cosecha.

campesino“Soy usufructuario y tengo un área en buen estado, la cual comparto entre la ganadería y las siembras de frutales, más o menos unas tres hectáreas de mango. Aprovecho todos los espacios y, entre los árboles, intercalo yuca, tomate, cebollín y frijol.

“De tomates tengo unas 30 mil plantas y ya he entregado más de 50 quintales. Estoy muy contento, la verdad. Depende de la variedad; pero el precio es bastante aceptable. Ellos me traen las cajas y todo fluye con normalidad, como debe ser”.

Poco a poco, Manzano se siente en confianza y desgrana insatisfacciones que quedaron atrás desde que estrechó los vínculos con la Granja Urbana y sus palabras giran a un problema cotidiano que hoy preocupa y afecta los bolsillos de la población, especialmente de los trabajadores.

“Yo siento mucha satisfacción por entregar las producciones al Estado. Los precios están alterados en la calle, es abusivo dar 20.00 pesos por una libra de tomates. Yo no los vendo por fuera y he recibido muchas propuestas. Siempre ayudo a algunas personas, con determinada situación.

“O sea, me gusta que el que viene a mi casa se vaya contento. Todo eso me da alegría y también, la tranquilidad de no buscarme problemas.

“Lo mío es producir. Ahora me pidieron remolacha y les dije que no tengo semillas. Ya me las traen, así que pronto habrá remolachas en estas tierras”.

Este joven, residente en las inmediaciones de la comunidad de Becerra, también desarrolla la ganadería y en su rebaño hay 10 vacas, cuya leche se entrega íntegramente a la Industria Láctea.

“Como promedio acopio entre 20 y 25 litros cada día, pero he llegado a entregar 50 y hasta 60 litros. Eso está en dependencia de lo dura que esté la sequía”.

Increíblemente, Manzano no siembra alimento animal, solo un poco para los terneros, que son los más vulnerables. Incluso, sus vacas están gordas y no se le ha muerto ninguna res. Tiene secretos.campesinoo yenima

“Lo más importante es tener solo el ganado que permita la cantidad de tierra. Eso está demostrado científicamente. También es elemental que no les falta el agua. Mis animales viven con pasto nada más; pero velo que las vacas no paran en la seca porque se destruyen y dan poca leche, además de que el ternero se pone flaquito”.

Por ser hijo de campesinos, nacido y criado en una zona rural, replica la nobleza de los hombres del campo. Cada vez que su cooperativa lo ha pedido, ahí está su aporte desinteresado, lo mismo para un hogar materno que para venderlo a sus vecinos. Así lo enseñaron y nada lo hará cambiar.

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