Las Tunas.- En el desarrollo de la apicultura y en el acopio de diversos productos agropecuarios también están las manos salvadoras de los trabajadores de los aserríos de Calixto, en Majibacoa, y de esta ciudad, además de los obreros de la carpintería Libertad.

Las tres instalaciones constituyen un valioso aporte a esas actividades, según informó Isidro Herrera Figueredo, director de la unidad empresarial de base Comercial, en la Empresa Agroforestal de Las Tunas, quien precisó que los colectivos están conscientes de su responsabilidad.Isidro.

“En los dos aserríos se procesan los troncos que luego se destinan a los programas priorizados por el país y, de manera general, estamos dando la segunda transformación a la madera, llevándosela a los compradores en las mejores condiciones posibles.

“Los clientes usan esa madera para la fabricación de los recursos que necesitan. En el caso de los módulos de acopio, les vendemos el kit y ellos construyen la caja. De igual manera procedemos con los palés, porque se nos dificulta la compra de puntillas para terminarlos”.

ENTRE SERRUCHOS, CEPILLOS Y MARTILLOS

Así andan casi todos los días los obreros de la carpintería Libertad, cuyo objeto social fundamental es la elaboración de los elementos para la producción apícola de las provincias de Las Tunas, Holguín y Camagüey, con lo que contribuyen a fomentar ese rubro exportable que ingresa divisas al país.

Héctor.Héctor Rodríguez Calo, al frente del equipo, dijo que no se cumplen los planes por falta de materia prima, esencialmente por dificultades con el suministro estable de madera por parte de los proveedores.

“En la producción de las cajas, los fondos y las tapas casi siempre usamos coníferas, procedentes de Mayarí, Guamá y Baracoa, aunque en algún momento hemos empleado algarroba cortada en el territorio tunero, y ha tenido buena aceptación.

“Por las dificultades con el combustible y otras razones logísticas nos ha faltado esa madera; pero buscamos variantes para que los trabajadores sigan produciendo y hacemos artículos de alta demanda entre la población como muebles, zapateras, cunas y puertas, entre otros.

“En esa línea se emplean maderas preciosas y semiduras, dígase cedro, nim y algarrobo indio y del país, por solo mencionar esos ejemplos”.

SOLUCIONES VS. LONGEVIDAD

“La tecnología del aserrío de Las Tunas tiene 100 años, y más. Y, por su edad, da problemas constantemente, pero aquí se buscan soluciones porque lo importante es resolver los problemas que surgen en cada una de las áreas de trabajo”.

Las palabras de Antonio Prieto Reyes, jefe de Brigada, calan hondo en los obreros, dirigentes y hasta en los visitantes ocasionales, como esta reportera que los encontró sudados y laboriosos, arreglando uno de los equipos que intervienen en el proceso productivo.

“Aquí damos mucho valor a la ciencia y la técnica y hacemos innovaciones en las sierras, el transportador de madera, los winches y cuanta cosa se nos rompa. El año pasado presentamos cuatro trabajos en el fórum y ahora pretendemos superar esa cifra”.

Limitaciones económicas y financieras aparte, cada jornada es un nuevo desafío para los colectivos y no solo porque su salario depende de las producciones, sino porque los trabajadores sufren cuando de sus manos no sale todo lo que necesita el país.

Por eso nos esforzamos -comenta Herrera Figueredo-, para que las piezas vayan naciendo una a una hasta satisfacer las demandas de las empresas, para que la gente disfrute un mueble hecho aquí, y la provincia avance en su actividad económica.
“Pueden seguir contando con nosotros”, ratificó.