“Es difícil escribir la historia de una ciudad sin mencionar a los artífices que moldean su rostro”, dice Othoniel Morffis, presidente del Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP). “Los hombres construyen ciudades y estas a cambio retribuyen la esencia de sus hijos”, afirma la crítica de arte Iris Cruz. El salón Homenaje a mi ciudad, inaugurado en la institución referida, capta ese aliento.
En la inauguración se escucha un poema en voz de la actriz Liusmila Díaz, de Total Teatro: “¿Por qué hacemos arte? Porque no podemos ni queremos dejar morir lo que tenemos”. Y hasta la cacofonía nos suena hermosa por su mensaje. Luego la melodía de la Orquesta de Cámara se cuela por los poros. “La ciudad quería tener un nombre, / no el de un corral de cactus melancólicos…”, dicen versos del intelectual Carlos Tamayo, junto a otros autores. Confluencia de artes, aplausos.
La primera gran exposición realizada en la provincia desde que empezó a hablarse de Covid-19 resume la honra que generaciones de artistas tuneros profesan a su tierra, próxima a cumplir 224 años, y a Rogelio Ricardo Fuentes, a quien le fue conferida recientemente la Distinción Por la Cultura Nacional.
Al entrar al CPAP, nos recibe Paloma, de Rafael Ferrero. Muy cerca se vislumbra Ayuda, de Armando Hechavarría, cuyas manos de metal parecen tocarnos el alma. Y así, junto a las obras de estos fundadores del movimiento escultórico tunero, ya fallecidos, encontramos a otros que han seguido sus huellas.
“A través de 50 creaciones están representados 47 artistas tuneros de la vanguardia, desde los que diseñaron un camino hasta jóvenes de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la brigada de instructores de arte José Martí (BJM). Hay una variedad de técnicas y estilos, apareciendo la escultura, la instalación, la pintura, el dibujo, la fotografía…”, explica Othoniel Morffis, el curador.
“Hace más de cuatro décadas llegué a Las Tunas, cuando era una pequeña urbe. Soy afortunado por estar en los momentos fundacionales de varias instituciones importantes como la hoy llamada escuela profesional de arte El Cucalambé. Esta muestra es un bonito homenaje al Balcón de Oriente y a todos los que hemos entregado el corazón para su desarrollo cultural”, afirma Rogelio Ricardo.
Para los tuneros “de pura cepa”, como se nombra la obra de Gustavo Polanco, es una exhibición necesaria. Los invito a descubrir en “ella” su terruño.
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