cortesía de la entrevistada

Las Tunas.- Sentada en su terraza, con una tasa de café delante y varios libros, siempre la encuentras en las tardes, después de las 5:00.

Es una suerte de ritual poético consigo misma que le ayuda a “saltar” el maremoto cotidiano de quehaceres domésticos, el estrés del tiempo de pandemia que “es demasiado largo” y mantener el humor vitalicio y ocurrente que la distingue. La sé de memoria en la distancia.

Aprovecha la llamada telefónica y me recuerda que, desde el año pasado, quiere hacerle público el regalo que le tiene a las enfermeras. Este 12 de mayo es el Día Internacional de la Enfermería y otra vez vuelve su décima de palabras homófonas a cantar con la métrica y su voz.

La filóloga que llenó casi a diario de bromas y risas las “polleras” de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, la amiga de los escritores y poetas tuneros -y de la Isla entera- hojea un tesoro de papel que es su suerte de hijo primogénito, en ese mundo en el que los sueños compadrean con el talento de un coro de musas.

Así nació Juego de palabras, en proceso de edición por la Sanlope, y en el cual Gratitud destaca y parece que Mirtha Beatón Borges lo escribió para el presente de "Abdala", y los grandes sacrificios que hacen las enfermeras tuneras y cubanas para enfrentar y detener un virus tan mortal y contagioso como el SARS-CoV-2.

A ese pinchazo salvador van los versos octosílabos de esta mujer, quien sigue tan pegada a la literatura y la poesía “como si no se hubiese jubilado y todavía viviera esos hermosos 11 años en los que fundó y dirigió la vital editorial de Las Tunas.

"A todas las hadas de la Medicina les dedico mi décima. Es hermoso saber que están vacunando a sus colegas, que en meses estaremos protegidos. Es lindo para mí entregarles mis versos en esta fecha tan de ellos y de su amor por la vida”, dice desde el corazón... y las letras y la música del ritmo besan la mañana de este miércoles 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería.


GRATITUD
La “seño” se llama ADA
Y trae el medicamento
Que me pondrá en un momento,
Con su mano delicada.
La “seño” se torna un HADA
Gentil le ofrezco mi brazo
No duele nada el pinchazo
Y yo aliviado suspiro
Ella me mira, la miro
Y en la distancia, un abrazo.

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