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Boric

La Habana.- Cuando el 11 de marzo Gabriel Boric jure como presidente de Chile asumirá el reto de propugnar solución a varios de los problemas más urgentes de cuantos ha vivido ese país desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El primero y más desafiante será el de conciliar un nuevo pacto social para una nación fracturada, como resultado de décadas de políticas neoliberales, meta posible con el apoyo al proceso constituyente que dará vida a una nueva Carta Magna, inclusiva y respetuosa del derecho y la voluntad de todos los chilenos.

El detonante lo activó la juventud del país austral cuando en octubre del 2019 salió a las calles de Santiago de Chile a protestar contra el alza de la tarifa del metro.

EL RECLAMO POPULAR

Sin embargo, el carácter de la demanda fue evolucionando para exponer una vez más los problemas urgentes de una sociedad muy desigual como resultado de las prácticas neoliberales.

Entonces, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera reprimió con dureza lo que las multitudes defendieron como un justo reclamo.

Cerca de 30 muertos, miles de heridos y 460 personas con daños oculares fue el saldo de los disparos con perdigones o bombas lacrimógenas de los Carabineros y la movilización del Ejército decretada por el mandatario.

Uno de los principales reclamos de los manifestantes fue cambiar la actual Constitución, heredada de la época de la dictadura de Pinochet, y fortalecer el papel del Estado en la provisión de los servicios básicos.

El llamado a la creación de una Convención Constituyente fue una de las grandes victorias que dejaron las jornadas de protestas, una instancia elegida por voto popular que redacta en estos momentos la nueva ley fundamental, que deberá entrar en vigor tras ser sometida a referendo en la segunda mitad del año.

POSICIONES DEL PRESIDENTE ELECTO

Al respecto, Boric ha sido bien claro: "Quiero que sepan que cuentan con nuestro total respaldo (…). Estoy tremendamente orgulloso del trabajo que están haciendo", dijo el presidente electo a la titular de la Convención, Elisa Loncon.

El joven político, quien alcanzó relevancia nacional como uno de los líderes estudiantiles de las manifestaciones del 2019, insistió en la importancia de la competencia de ese órgano y recordó que la nueva Constitución deberá ser aprobada por los chilenos en plebiscito previsto para el 2022.

"No me cabe duda que se actuará con sabiduría en el mejor sentido y pensando en lo mejor para todos los chilenos, y en la estabilidad y continuidad de nuestra República y el país que queremos tanto", opinó el político de izquierda de 35 años de edad, vencedor de las elecciones como candidato de la alianza Apruebo Dignidad.

Otro gran reto para el nuevo Gobierno, que tendrá 14 carteras dirigidas por mujeres, incluidas Defensa y Relaciones Exteriores, será el de fortalecer el papel del Estado como ente regulador de las dinámicas nacionales, sobre todo, en la económica, en defensa de los intereses de la sociedad por sobre los privados.

En ese ámbito, el mandatario electo también deberá trabajar por reformar el actual sistema de pensiones, aumentar el salario mínimo, reducir la jornada laboral, incrementar los impuestos a los más ricos y lograr una mejor redistribución de la riqueza.

Todos esos propósitos están incluidos en los objetivos de campaña que defendió y fue apoyado por la mayoría de sus compatriotas en las urnas.

El asesor económico de Boric durante esa cruzada, Fernando Carmona, declaró que el programa del Gobierno también se comprometió con transformaciones en los sistemas  Educativo y de Salud, y la esperada reactivación económica tras dos años de afectaciones por la Covid-19.

En este último punto es donde la nueva administración tiene uno de sus escenarios más complejos, pues de acuerdo con expertos nacionales y el Banco Mundial, la economía de Chile crecerá en torno al dos por ciento durante el 2022, cifra inferior a la registrada en el 2021.

CONFIANZA EN EL FUTURO

Sin embargo, el nivel de confianza en la gestión del futuro ejecutivo, permite notas optimistas al margen del estimado anterior que, aunque bajo, supera el desempeño del 2020, cuando el Producto Interno Bruto de Chile registró una tendencia al decrecimiento de menos 5,8 por ciento.

El plan de reactivación económica va a influir tanto en el sector público como en el privado, con énfasis en el mejoramiento de las pequeñas y medianas empresas y la creación de puestos de trabajo para las mujeres.

Todo, claro está, debe contar con el consenso de ambas cámaras del Congreso Nacional (Parlamento), donde la alianza que llevó a Boric al Palacio de la Moneda (sede del ejecutivo) es minoría, lo que según analistas podría ser un obstáculo para su gestión.

De cualquier manera, se abre un camino de esperanza para los chilenos, pues Boric no es solo el mandatario electo más joven en la historia republicana del país, sino también, el más votado con cuatro millones 600 mil sufragios a su favor.