Las Tunas.- El bloqueo económico comercial y financiero ha causado a Cuba afectaciones superiores a los 144 mil millones de dólares, aunque a ciencia cierta no sería posible calcular en toda su dimensión cuánto perjudica al pueblo de la Isla.
Esta política, revestida de prepotencia y de una evidente crueldad, tuvo en la Administración de Donald Trump su punto más álgido con la adopción de más de 240 medidas, justo en medio de una pandemia global que a Cuba le ha sido más difícil enfrentar debido a los obstáculos del gobierno vecino para la importación de insumos y productos necesarios para combatir la Covid-19; denegando, incluso, solicitudes de vuelos con carga humanitaria.
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En la provincia de Las Tunas, ese cerco comercial implicó, en el actual año, una contracción de las exportaciones de bienes y servicios, área en la cual los daños a causa del mismo son mayoría y se manifiestan en la escasez de portadores energéticos, la falta de accesorios para el transporte automotor y la baja operación en los puertos locales.
Tal situación perjudica la producción y venta en el exterior de la palanquilla de acero, el carbón vegetal, el oro, el camarón de cultivo y el azúcar crudo, al tiempo que los artistas artesanos del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) no pueden comercializar sus obras.
Otras actividades, como la realizada en la Empresa de Estructuras Metálicas, Duralmet, suelen afectarse por las trabas en las importación de medios de trabajo. Es el caso de los remaches y los chirres, elementos que de contarse con las cantidades requeridas permitirían superar la cifra de nueve mil módulos de casas entregados, cada año, para el Programa de la Vivienda.
El cerco a Cuba daña también a las entidades de la Industria Alimentaria que enfrentan la obsolescencia tecnológica y dificultades para la adquisición de piezas, equipamiento y materias primas necesarias. Así sucede en el proceso industrial del helado, y de los recipientes metálicos y con el polietileno para el embalaje del yogur y la leche.
En el sector azucarero, la falta de combustible se ha sentido con fuerza en la siembra, la fertilización, la cosecha y la fabricación de azúcar, en tanto también son notorias las restricciones en la adquisición de fertilizantes y herbicidas.
Asimismo, en el área de la industria sobresalen la ausencia de electrodos, gases, laminados y tuberías, todo lo que coadyuva a la búsqueda de estrategias e iniciativas para avanzar independientemente de estas dificultades.
Respecto a la falta de combustible, no se puede dejar de señalar que es algo que transversaliza toda la realidad nacional. Tan solo recalcar que 27 compañías y 54 embarcaciones han sido sancionadas por transportar a Cuba este recurso, para el cual no vale solo tener el dinero, pues el bloqueo castiga a quienes comercian con Cuba y genera un clima de miedo hacia el intercambio con el país.
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Otras áreas de la vida en Las Tunas también tienen la huella nefasta de esta política extraterritorial que impide el mejor desarrollo de los más de mil 519 estudiantes de la Educación Especial en la provincia, universo en el que se imposibilita la compra de equipamiento, materiales e insumos. Por ejemplo, incide también en la adquisición de sillas de ruedas eléctricas, pone frenos a la participación de Cuba en el movimiento internacional de las Olimpíadas Especiales y complejiza la obtención de baterías para las prótesis auditivas o la sustitución de los audiómetros empleados para evaluar la agudeza auditiva, todo lo que dificulta el diagnóstico y luego la comunicación y el aprendizaje de los infantes.
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Más del 70 por ciento de la población cubana ha nacido bajo el bloqueo de Estados Unidos hacia la nación. No hay un solo ámbito de la realidad antillana que no tenga la huella de este engendro de larga trayectoria a pesar del rechazo mundial. Los efectos son incalculables, como lo es, sobre todo, el coste humano de un cerco prepotente, unilateral, chantajista y malvada en su concepción y práctica.
El próximo miércoles 23 de junio, Cuba denunciará esta política, otra vez, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Será la vigésimo quinta ocasión; no la han retirado en las oportunidades anteriores, tampoco, creo, lo harán ahora. No obstante esos escenarios, "la noche de penas del bloqueo" no apaga la luz de los cubanos para luchar, resistir, crear y ser felices.
