Las Tunas.- Yemmy Espinosa Suárez es un hijo adoptivo de esta provincia. Ganadero por excelencia, hace poco tiempo cargó con sus reses y sapiencias pecuarias desde Camagüey y decidió probar suerte en tierras tuneras y le va bien.
Empapado de todas las medidas aprobadas por la dirección del país a favor de la producción de alimentos, este campesino sabía que por sus resultados, tanto en la entrega de leche, como de carne vacuna, estaría en el grupo de vanguardia de quienes cumplen los requisitos para sacrificar ganado. A partir de ahí, en su cabeza solo daba vueltas el deseo de hacerlo, pero no pensó primero en él, sino en la solidaridad.
Su primera res sacrificada, que muy bien podía dársela a su familia, guardarla para su cumpleaños o, sencillamente, conservarla para otro momento, la entregó completa, sin pensarlo dos veces, a los centros de Salud donde hay casos positivos a la Covid-19.
“Ese es mi aporte a la Revolución en estos días tan difíciles. Es lo que desde niño me han enseñado, a ser agradecido con esta Patria que nos lo ha dado todo a cambio de nada”, son las primeras palabras que expresa el usufructuario de la unidad empresarial de base (UEB) Calixto Sarduy, ubicada en el municipio capital.
“No lo hago porque tenga algún familiar enfermo allí con la pandemia, lo hago de corazón, pues me solidarizo con las familias de este pueblo y sus preocupaciones por la salud de los suyos, ese es mi granito de arena”, aclaró Yemmy.
Cerca de 159 kilogramos pesó el animal sacrificado, 92 fueron entregados a la Universidad de Ciencias Médicas, en la que hay 133 pacientes, entre los que sobresalen infantes y personas de la tercera edad; mientras, la carne restante se dirigió al hospital Ernesto Guevara y a los contagiados ubicados en el antiguo Politécnico de la Salud.
El agradecimiento es infinito de quienes reciben tales gestos de solidaridad y amor. Directivos de estos centros muestran su afecto al productor en nombre de sus pacientes, más en estos momentos, cuando la situación se ve afectada por el recrudecimiento del injusto bloqueo económico impuesto por el Gobierno norteamericano y las sucesivas manifestaciones provocadoras de doble rasero hacia Cuba.
Este es el primer donativo de tal tipo que se realiza en dichas instituciones, sin embargo, no será el único. Otros campesinos también han mostrado su disposición de hacerlo, cargados de la sencillez y la humildad que los caracteriza. Guajiros de buen corazón que no miran de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber. Con Yemmy, la solidaridad no fue invisible a los ojos, ni al corazón.
