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Las Tunas.- Hace ya unos meses parecía que las cepas del SARS-CoV-2 “colisionaban” justo a las puertas del Balcón de Oriente. Y sí, siempre encontraban la manera de colarse entre las negligencias y la baja percepción de riesgo, pero nada similar a lo de los últimos tiempos. La variante Delta penetró con toda su fuerza en esta provincia, derribando la supuesta coraza que mantenía a los tuneros hasta cierto punto a salvo del caos.

A decir del doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, la circulación de esta variante fue identificada por los estudios de vigilancia en las áreas de Salud de los policlínicos Aquiles Espinosa y Guillermo Tejas;  y en Jobabo y en "Amancio".

Nacida en la India, tiene una capacidad de transmisión entre el 30 y el 60 por ciento superior a la de las otras variantes, según los informes de centros científicos en el mundo. Además, genera un mayor riesgo de hospitalización y reinfección, y un cuadro de síntomas que tiende a confundirse con un catarro común. Se conoce que por cada persona confirmada se pueden contagiar más de seis.

El aumento de los pacientes positivos a la Covid-19 y el dolor multiplicado ante las pérdidas son la muestra palpable del impacto de Delta en esta provincia, que ya suma más de 11 mil 100 enfermos en toda la pandemia; de ellos más de tres mil 900 en los últimos 15 días. Desde julio, mes en el que se detectó la presencia de esta variante, a la fecha se han registrado más de nueve mil casos.

En el mes de mayo, dijo Cortés González, ya se había identificado la variante sudafricana en el “Aquiles Espinosa" y en el "Romárico Oro", de Puerto Padre. “Desde principios de año -argumentó- aquí estuvo presente la californiana con algunos patrones mutacionales, detectados a partir de los estudios que realiza el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, y luego aparecieron las otras”.    

El galeno explicó que las cepas del virus influyen en el aumento de la transmisión y modifican el comportamiento de los esquemas epidemiológicos, pues pueden incidir en el alza de positivos y de fallecidos de determinados grupos. No obstante, “la mejor manera de combatirlas, independientemente a su agresividad, es cumpliendo las medidas de bioseguridad”, concluyó.