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Chile Elecciones

Santiago de Chile.- Chile está a las puertas de elegir al presidente para el período 2022-2026, en unos comicios considerados cruciales, porque quien gane la carrera por el Palacio de La Moneda tendrá el desafío de encauzar el proceso hacia una nueva Constitución.

A pocos días de las elecciones del 21 de noviembre, los sondeos -que no son fiables por los reiterados errores de sus pronósticos- ubican en los primeros lugares al postulado por la izquierda Gabriel Boric y al ultraderechista José Antonio Kast.

Boric, de 35 años de edad, es el candidato más joven, lideró las movilizaciones estudiantiles del 2011 y representa a la coalición Apruebo Dignidad, integrada por el Frente Amplio, los regionalistas verdes, el Partido Comunista y otras organizaciones.

Kast (55) es uno de los fundadores del Partido Republicano, admirador de Augusto Pinochet y con posiciones cercanas al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y al exmandatario norteamericano Donald Trump.

En la lid participan, además, Yasna Provoste, de la coalición de centroizquierda Nuevo Pacto Social; Sebastián Sichel, de la oficialista Chile Podemos Más; Marco Enríquez-Ominami, del Partido Progresista; Eduardo Artés, de Unión Patriótica, y el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente.

Antes de las votaciones, el escenario es incierto, sobre todo, por el elevado número de indecisos, que según las encuestas se sitúa alrededor del 28 por ciento, a lo cual se suma el abstencionismo en una nación donde el sufragio no es obligatorio.

Al parecer, la única certeza hasta ahora es que ninguno de los candidatos obtendrá la mayoría absoluta en primera vuelta y será necesaria una segunda ronda el 19 de diciembre.

Quien resulte electo enfrentará un panorama complejo, marcado por las secuelas de la pandemia de la Covid-19, la crisis migratoria en el norte, el conflicto en zonas del pueblo mapuche y el proceso en curso para dotar al país de una Carta Magna que reemplace a la vigente desde la época de la dictadura pinochetista (1973-1990).

Este fue uno de los reclamos del estallido social del 2019, y un año más tarde el pueblo decidió por abrumadora mayoría cambiar la Ley de Leyes -que tendrá que ser sometida a mediados del 2022 a un referendo para su ratificación-, a fin de fortalecer el papel del Estado y garantizar los derechos sociales a todos los chilenos.