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las tunas vs ciego de avila III liga elite 2025 final juego 3 0008

Las Tunas.- Ahora que se vaciaron las gradas, se apagaron los micrófonos y se aplacan los ánimos conviene echar una mirada al desempeño de los Leñadores de Las Tunas en la Tercera Liga Élite, que terminó este miércoles con la medalla de plata para los del Balcón de Oriente. Dicen que las victorias se celebran y de las derrotas se aprende, y esta no será la excepción. ¿Qué cambió de la semifinal a la final para que los Leñadores fueran, de vencer en un peleado 4-2 sobre las Avispas de Santiago de Cuba, a caer, por primera vez en su historia en postemporada, por barrida de 0-4, ante los Tigres de Ciego de Ávila?

Según las estadísticas del máster en Ciencias Modesto Castelló Góngora, en las “semis” Las Tunas tuvo una ofensiva dominante con un promedio de bateo (AVE) de 338, un porcentaje de embasado (OBP) de 407 y un índice de productividad de sus toleteros (OPS) de 922. Además, impulsaron 53 carreras y conectaron siete cuadrangulares. Yosvani Alarcón destacó por su OPS, lideró en jits con 12 y en slugging (SLU) con 750; otro tanto hizo Yudier Rondón, autor de dos jonrones y par de triples, y Luis Vicente Mateo, un cuadrangular y cuatro biangulares.

Solo así se pudo compensar el débil desempeño de los lanzadores, cuyo promedio de carreras limpias por cada nueve entradas (PCL) fue de casi siete anotaciones (6,99); los mejores números resultaron los de Eliánder Bravo (3,27) y Keniel Ferraz (1,93). Eso sin hablar de la discreta defensa (957), que en la mayoría de las ocasiones le facilitó anotaciones al rival.

En la final, el alto mando tunero fue bastante fiel a su filosofía de respetar el rol asignado a cada serpentinero, algo que siempre tendremos que ponderar, porque es lo que aconsejan las tendencias del béisbol contemporáneo, pues su efectividad está avalada por las veces que funcionó, mucho más que las que no.

Solo que ante Ciego de Ávila los problemas de los pícheres empeoraron, pues colectivamente soportaron más anotaciones limpias por juego, 7,99 para ser exactos, y continuaron embasando demasiados rivales por capítulo (1,78). Únicamente rescatable la labor de Keniel Ferraz (PCL de 1,50 en seis entradas) y Wilson Paredes (4,26 en 6,1 innings de actuación).

La diferencia radicó en otro detalle. Ante los dirigidos por Eddy Cajigal, los abridores tuneros fueron más efectivos que los relevistas, a pesar de que los segundos poncharon más; asimismo, fue menor su WHIP (1,68 vs. 1,87) y PCL (6,68 vs. 7,23), lo que evidenció un comparativo mejor control y rendimiento.

Frente a los Tigres, César García, Albert Valladares, Eliánder Bravo y Jesús Enrique Pérez resultaron altamente permisivos en lo que a carreras se refiere, con un PCL conjunto de 8,76, mucho más alto que el 5,93 de los relevistas; aunque vale destacar que en esa aparente ventaja de los que subieron al box después de iniciados los encuentros tuvo mucho que ver la faena de Keniel Ferraz (PCL de 1,50).

No obstante, y siempre atenidos a los guarismos compilados por nuestro estadístico, el verdadero factor determinante en este resultado negativo de los Leñadores parece haber sido la ofensiva, que decayó considerablemente. Su promedio de bateo en la final descendió hasta 279 (38 jits en 136 turnos), el OBP a 336 y la producción de vuelacercas se limitó a solo uno. Eso resultó en un OPS que se desplomó casi 300 puntos hasta el 682.

La ausencia por lesión de Roberto Súlivan Baldoquín pesó también, por más que al mánager de la cuadrilla no le temblara la mano para hacer los cambios necesarios en el line up antes y durante los encuentros, a fin de buscar las carreras que se les hacían esquivas.

La defensa ciertamente mejoró, con cuatro errores en 138 lances, para un promedio de 971; mas, esas pifias continuaron costando muy caro.

las tunas vs ciego de avila III liga elite 2025 final juego 4 0014No es ocioso acotar el buen tino de la dirección verdirroja de solicitar como refuerzo a Osvaldo Abreu, quien fue el mejor bateador de Las Tunas en esta etapa, con un rendimiento muy superior al resto de la novena en todas las métricas clave (AVE, OBP, SLU, OPS). La destreza del granmense para conectar jits y en general para embasarse fue notable frente a un equipo que se mostró más limitado al respecto.

La tropa comandada por Danny Miranda, por su parte, había demostrado en las semifinales una ofensiva sólida (OPS 834), una defensiva consistente (979 de fildeo) y un picheo aceptable (PCL de 3,48), liderados por Ariel Zerquera en las aperturas y Yunier Batista como cerrojo. Mientras, el poder de Yordanis Samón y la habilidad de ganar la base de Frederich Cepeda completaban un cuadro que los hacía lucir como los favoritos de los analistas. Y ciertamente confirmaron esos vaticinios.

En la fase conclusiva, los felinos de la tierra de la piña mantuvieron ese paso con una excelente combinación de capacidad para embasarse y de potencia, expresada en un OBP de 385 y un OPS de 959, con ocho jonrones y 30 carreras impulsadas. Marcaron el ritmo de los zarpazos avileños Dennis Laza (OPS de 1,507 y cuatro jonrones) y Frederich Cepeda, a la postre seleccionado el jugador más valioso (OPS de 1,402; 462 de AVE, un jonrón).

Sobre el montículo no flaquearon tampoco con un excelente promedio de carreras limpias permitidas por juego de 2,38 y un decoroso WHIP (1,47); aderezado con los 19 ponches (K) propinados en 34 innings (INN) de labor. No mermaron Ariel Zerquera (INN: siete, PCL: 1,29, K: siete) ni Yunier Batista (INN: 6,1, PCL: 2,84, cero base por bolas).

Los Leñadores, por tanto, cayeron frente a un rival que se lució en la fase clasificatoria y en la final los venció en toda regla en cuatro partidos. Eso sí, los nuestros nunca se dieron por vencidos; y esa combatividad dijo mucho de unos jugadores que no tienen nada de qué avergonzarse.

Nadie le podrá negar a la cuadrilla su lugar de vanguardia entre los equipos del deporte de las bolas y los strikes de nuestro país en los últimos siete años. Los tuneros, otra vez, confirmaron los vaticinios de los expertos y avanzaron, primero a la postemporada y luego a la discusión del título del torneo.

De hecho, los verdirrojos pueden preciarse de ser el único elenco que ha logrado discutir la corona consecutivamente en una Serie Nacional y luego en la “Élite”. Eso confirma la calidad de una generación dorada de atletas y técnicos que siguen poniendo a esta tierra en el mapa de los amantes del béisbol en Cuba.