
Las Tunas.- De vuelta en su "Amancio", con el polvo del camino aún en los pies y la modestia característica de quien prefiere los hechos a las palabras, Aarón Marrero Escocia carga sobre su pecho un metal que trasciende lo deportivo: la medalla de oro. Este joven de 17 años puso en alto el nombre de Cuba en los Sextos Juegos Parapanamericanos Juveniles de Santiago de Chile.
Hace poco Marrero Escocia se coronó campeón en los 400 metros planos en ese certamen celebrado en la nación austral, colocando a Las Tunas entre los territorios con laureles áureos en los campeonatos multideportivos para atletas menores de 23 años efectuados este calendario. Su triunfo sigue la estela de su coterráneo Yander Herrera Machín, quien en agosto ascendió a lo más alto del podio en los 110 metros con vallas de los Panamericanos Sub-23 para corredores convencionales.
Recién llegado de la justa chilena, junto al velocista olímpico Reinaldo Espinosa Colás, Aarón portó con orgullo la bandera que recorrió las calles de su municipio, a propósito de que nuestro territorio es la sede del Acto Nacional por el 19 de Noviembre, Día del Deporte y la Cultura Física.
“Muchos saludos para el que me está escuchando”, fueron sus primeras y sencillas palabras para la prensa tunera. “Me gustó el clima, que era muy frío. Corrí 400, junto a otro compañero mío, tuvimos las medallas de oro y plata. Fue todo muy bien”, dijo con relación a la competencia. Y sobre el instante crucial de la carrera confesó: “En ese momento pensé en mis profesores, en que todo el esfuerzo y la dedicación de ellos y mía no fueron en vano”.
Detrás de este logro hay una historia de perseverancia, que comenzó mucho antes del podio. Una discapacidad en el brazo izquierdo, provocada al nacer, nunca fue un obstáculo para que el espigado joven practicara fútbol, béisbol y boxeo desde su niñez, junto a atletas convencionales. Recuerda con orgullo cómo los amantes del béisbol en la localidad lo iban a ver por sus habilidades para la primera base, donde atrapaba la bola con rapidez, se retiraba el guante y con la misma mano derecha la devolvía, les contaría luego a los colegas de la revista Jit.
Su camino al paratletismo encontró el rumbo definitivo en noveno grado, cuando fue convocado a pruebas e ingresó a la escuela de iniciación deportiva escolar (EIDE) Carlos Leyva. Fue allí donde, según ratifica, se consagró a este universo. En sus primeros Juegos Escolares Nacionales para discapacitados, en el 2023, ganó los 800 metros y, al siguiente año, repitió el triunfo y sumó preseas de plata en 400 metros, impulsión de la bala y el relevo 4x100. Su talento siguió brillando en el Campeonato Nacional Juvenil para convencionales en Camagüey, donde ocupó el cuarto lugar en mil 500 y tres mil metros, clasificando para la justa parapanamericana.
“FUE ÉL QUIEN ME BUSCÓ A Mí”
La entrenadora Yanisleidy Caballero Segura, conocida como la Súper, es una pieza fundamental en esta historia. Con 22 años de trabajo, Aarón es su primer alumno en alcanzar una gloria de esta magnitud. “He sentido mucho orgullo con el resultado. Como siempre he dicho, Aarón fue el que me buscó a mí”, relata con emoción.
“Todos los días me buscaba, decía que quería ser un atleta, que quería ir para la EIDE. Cada jornada iba al área donde yo entrenaba, y ahí, hasta que empezó. Y desde el momento que fue para esa escuela él es para mí un medallista”, afirma.
“Es un logro ser el primer paratleta del municipio y de Las Tunas en convertirse en campeón parapanamericano en Chile, es un honor. Lloré, porque de tantos años de trabajo, tener ese resultado es una alegría muy grande”, añade Yanisleidy, quien destaca, además, el rol de la familia en el progreso de su pupilo: “Gracias a ellos; son también medallistas, porque si no hay comunicación entre la familia y el entrenador no podemos obtener éxito”.
Recuerda la motivación que le dio a su muchacho antes de la gran carrera: “Aarón, cuando llegues a la meta, haz de cuenta de que tu mamá te está esperando con los brazos bien abiertos. Y yo sé que vas a tener más, vas a tener miles de medallas”.
Con la mirada puesta en el futuro, Aarón Marrero Escocia, el héroe discreto de “Amancio”, no se detiene. “Los planes que tengo son seguir entrenando fuerte y esforzándome para participar en cualquier otro evento”. Su historia, forjada con ahínco y superación, es solo el comienzo de un camino que promete llevar su nombre y el de Cuba aún más lejos.