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Yosmel Garcés Las tunas Vs Santiago III Liga elite 2025 0015

Las Tunas.- Yosmel Garcés Herrera no solo está ganando juegos; está construyendo, picheo a picheo, credenciales sólidas para ser considerado la piedra angular del staff de lanzadores de los Leñadores de Las Tunas. Su desempeño en la 64 Serie no es solo una mejora: es una reescritura de su libro de carrera, marcada por una evolución táctica y una efectividad demoledora que lo sitúan en la conversación de los serpentineros más valiosos del campeonato nacional.

DE RELEVISTA A ABRIDOR

Nuestro experto, el máster en Ciencias Modesto Castelló Góngora, nos aporta los datos para la comparación más inmediata y reveladora: su campaña anterior. En la 63 Serie, Garcés vistió el uniforme de Camagüey y desempeñó un rol mixto. Para los Toros actuó en 21 juegos, pero solo abrió en tres de ellos, acumulando un récord de cinco victorias y cinco derrotas con una efectividad de 2,86. Sin embargo, este último dato es engañoso, pues su porcentaje de bateadores embasados (WHIP) de 1,61, con 11,44 jits y 3,02 bases por bolas por cada nueve entradas, junto a un promedio de bateo en contra de 313, delatan a un lanzador que frecuentemente trabajaba con corredores en base, una situación típica de sus salidas cortas como relevista.

La 64 Serie, con cierre hasta los juegos ante Artemisa, pinta un cuadro completamente distinto. Como abridor exclusivo de la cuadrilla, el santiaguero ha encontrado su ritmo y rol ideales. En 11 aperturas, mantiene un récord perfecto de siete victorias y cero derrotas, con una efectividad de 3,48. La clave de su transformación no está solo en la efectividad, sino en su control y eficiencia. Redujo drásticamente la cantidad de bases por bolas, llevando su promedio a un excelente 1,82 por cada nueve entradas. Esto se traduce en un WHIP de 1,29, muy inferior al de la temporada pasada, lo cual denota una capacidad superior para trabajar desde el montículo sin la presión de corredores gratuitos en las almohadillas. Su consistencia es, simplemente, la columna vertebral de su éxito actual.

¿MEJOR AHORA?

¿Está protagonizando Garcés su mejor campaña? La respuesta es un sí categórico. Para contextualizar su actuación actual, es necesario echar una ojeada a cómo le fue en sus temporadas anteriores.

Hasta la actual, su mejor contienda como abridor fue en la 61 Serie Nacional, con Santiago de Cuba, en la que registró una efectividad de 3,98 y un WHIP de 1,38. Los números de la "64" no solo superan esos registros, sino que lo hacen con una demostración de control aún más pulcro.

Esta afirmación se robustece al analizar sus números de por vida. Su promedio de efectividad en su carrera es de 5,00, por lo que su marca de 2,86 ahora representa una mejora monumental. Si bien otros indicadores, como su WHIP de 1,61, no son los mejores de su historial, otro guarismo, las carreras permitidas, es el más bajo y valioso de su trayectoria en una temporada con volumen de trabajo significativamente mayor. Esto indica más madurez para lanzar en situaciones críticas y evitar la anotación, incluso, cuando tienen corredores en las bases.

Para entender su pico de forma basta con evaluar su rendimiento más reciente. En sus últimas cuatro aperturas, hasta su actuación ante los Cazadores, Garcés nos regaló material de picheo de élite: 26,0 innings lanzados, apenas una base por bolas concedida, y tres anotaciones permitidas -de las cuales solo dos fueron limpias-, para una efectividad de 0,69 y cuatro juegos ganados.

Estas cifras son abrumadoramente superiores a sus ya sólidos promedios de toda la Serie. Mientras en la temporada completa tiene un promedio de 1,82 bases por bolas por cada nueve entradas, en este lapso fue de apenas 0,35. Este nivel de control y dominio representa lo mejor de su actuación actual y es un mensaje claro para el resto de la liga.

Dentro de la rotación de los Leñadores, su superioridad es indiscutible. Es, con diferencia, el abridor más confiable y efectivo. Es el único invicto y encabeza las victorias, con siete. Su WHIP de 1,29 es el más bajo entre los abridores principales, muy por delante de compañeros como Anier Pérez, quien tiene 2,07, o Rubén Rodríguez, con 1,65. Su control es también el mejor del equipo, con 1,82 bases por bolas, una disciplina que otros como Alejandro Meneses, con 3,86, no han podido igualar. En efectividad, su 3,48 es la segunda mejor entre los serpentineros con más de 20 innings, solo superada por Rodolfo Díaz, quien tiene 2,14, pero Garcés aporta una durabilidad y un récord ganador de siete victorias sin derrotas que lo hacen más decisivo.

A nivel de liga, Garcés se ha ganado un lugar entre los abridores más sólidos. Es uno de los pocos, entre los que suben a la colina de los martirios, que, hasta el compromiso ante los artemiseños, permanecían invictos con siete victorias o más. Su excelente control de 1,82 bases por bolas por cada nueve entradas lo situaba en el top 5 de la liga en esta categoría, un aspecto de élite que contrastaba con lanzadores líderes de otros equipos como Alain Sánchez, de Villa Clara, quien tiene 5,55, o el también villaclareño Randy Cueto, con 3,00.

Su WHIP de 1,29 lo ubica cómodamente en el top 10, en una clara señal de que permite muy pocos corredores en base, acercándose a los estándares de pícheres como Osvaldo Cárdenas, de Ciego de Ávila, con 1,06, o Carlos Manuel Cuesta, de Industriales, con 1,08. Con una efectividad de 3,48, se coloca en el tercio superior de la liga, mostrando solidez, aunque por detrás de líderes absolutos, como los ya mencionados Cueto, con 1,13, o Cuesta, con 2,52.

Su perfil es claro: no es un lanzador de muchos ponches, con un promedio de 3,31 por cada nueve entradas, muy por debajo de líderes como Dariel Góngora, de Camagüey, que tiene 8,00; pero su capacidad para manejar el juego, no regalar bases y ganar partidos consistentemente lo convierte en uno de los abridores más valiosos.

Una mirada profunda a su interacción con los bateadores revela matices cruciales. Es notablemente más contundente frente a los derechos. La clave está en el poder permitido. Aunque el promedio de bateo en contra es idéntico cuando enfrenta a siniestros o diestros: 282, los bateadores zurdos logran un slugging más alto: 356, lo que significa que le conectan más extrabases por turno, mientras que el slugging frente a derechos es de 441. Esto sugiere que quienes se colocan de ese lado del cajón de bateo "ven mejor la pelota", por así decirlo, o que los lanzamientos de Garcés tienen un movimiento o ubicación más explotables para ellos.

Sin embargo, al comparar este punto débil con el del resto del staff tunero, se descubre que lo que para Garcés es un área de oportunidad, para sus compañeros es una debilidad crítica.

Frente a bateadores zurdos, Garcés mantiene un promedio en contra de 265 y un promedio de embasado más slugging (OPS) de 715. En contraste, Anier Pérez tiene un promedio en contra de 410 y un OPS de 1090; Rubén Rodríguez 385 y 923, y Alejandro Meneses 333 y 772, respectivamente. Esto convierte a Garcés, paradójicamente, en el mejor aliado del equipo para neutralizar a los zurdos. Su capacidad para limitar el daño de ambos lados del plato lo distingue y lo erige como el pilar insustituible del cuerpo de lanzadores de Las Tunas. No cabe duda de que su aporte será crucial en las aspiraciones verdirrojas de revalidar el título de Cuba.