Las Tunas.- Desde las primeras edades se siembra en la niñez cubana el conocimiento de la figura de José Martí. Esta obra y compromiso patrio anida en la maestra de sexto grado Yary Tamayo Villamar, quien siembra en sus alumnos del Seminternado República de Chile el amor por el Héroe Nacional de Cuba.
"Me gusta que los niños vean a Martí como un amigo, un ser cercano a ellos que era solidario y amaba la naturaleza", afirma la pedagoga cuyas clases de Lengua Española se nutren con la obra literaria del Apóstol.
"Era un hombre de cultura extensa y sus escritos están llenos de recursos, lenguaje poético y de un vocabulario ideal para que los niños puedan enriquecer su hablar, conocer nuevas palabras, su significado y escritura correcta", expresa la educadora. Al mismo tiempo, Yary valora con satisfacción cuánto aprenden sus pupilos, lo aprecia en las palabras de Alex Brito Maldonado, un pequeño que ya conoce la obra del hombre de La Edad de Oro.
Ese sentido de apego hacia la tierra en la que se nace predomina también en las clases de la pedagoga y maestra de Historia de Cuba, Miraysi Pérez Even. Con 27 años dedicados al magisterio sostiene que su anhelo es enseñarle a la niñez tunera el amor hacia la historia cubana para lo cual promueve la participación de las familias en diversas actividades.
"Contamos con un proyecto grupal denominado Vida y obra de José Martí dirigido por un padre de esta aula. La iniciativa posibilita, además de conocer la fecunda trayectoria del gestor de la Guerra Necesaria, que nuestros niños se conduzcan en la sociedad en correspondencia con los preceptos del Maestro".
Educadoras como Yary y Miraysi logran que sus alumnos estudien al más universal de los cubanos y le rindan homenaje como el héroe que da nombre a la organización que los agrupa. Con ese precedente, Gabriela Rodríguez Batista sueña ser médica pediatra porque sabe que "los niños son la esperanza del mundo.Quiero salvar la vida de los pequeños enfermos; también soy locutora en un programa de Radio Victoria en el que hablamos de José Martí", declaró la avispada pionera.
El semblante del Apóstol de la independencia nacional, su frente amplia y vestuario de traje y corbata; su mirada melancólica, sus enseñanzas y el sacrificio de su vida por la causa inspiran respeto y devoción, al tiempo que pertenecen a las más entrañables memorias de cada connacional. Que Martí nos acompañe siempre es una siembra que inicia en las primeras edades y que tiene en la escuela con el busto del Maestro mayor, las flores a él consagradas y el homenaje eterno, un puntal esencial para sostener la permanente huella de este paradigma humano.
