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Las Tunas.- La brigada invasora Che Guevara se puso en marcha el 30 de octubre de 1967, en La Concepción, zona ubicada a 54 kilómetros de Bayamo (Oriente), tras un largo trabajo de organización durante varios meses. Su objetivo principal era el desbroce de 15 mil caballerías, sobre todo de marabú, con el objetivo no solo de sembrar arroz, sino también algodón, kenaf y en provincias occidentales cítricos, caña, pasto y viandas.

El acto de inicio del trabajo lo presidió el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y en su discurso expresó que “para hacer posible un tipo de esfuerzo de esta naturaleza ha sido necesario el largo aprendizaje de los años de Revolución. Para poder contar con una organización semejante, para poder contar con un contingente de hombres de la preparación y de la disciplina de los hombres que van a manejar esta brigada, para poder contar con los cuadros competentes, para poder contar con los organizadores de este gigantesco esfuerzo, ha sido necesaria esa incesante superación de nuestro pueblo desde los primeros días de la Revolución.

“Y ha sido necesario, muy especialmente, el proceso de aprendizaje y de adquisición del dominio de la técnica y de los métodos de organización, de dirección y de ejecución que han adquirido los hombres de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias”.

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La hueste inició su campaña con 159 equipos pesados y todo lo demás necesario para el mantenimiento, la reparación y la atención esmerada al personal. Para el desarrollo de este trabajo se utilizaría el “buldoceo” con equipos mecánicos, porque con el método tradicional del hacha o a mano se necesitaría mucha más fuerza de mano de obra y horas de trabajo. Se laboraba también en la construcción de caminos en todos los campos.

Fidel anunciaba que la brigada estaría dirigida por hombres humildes del pueblo que lucharon en la guerra, y que en la paz aprendieron la técnica y los métodos para lograr esa impresionante organización. Entre ellos estaba el comandante Raúl González Bermero Maro y con él un grupo numeroso de viejos y buenos combatientes de la guerra en la Sierra Maestra.

En ese mismo acto se acordó, por voluntad de los presentes, que llevara el nombre del Guerrillero Heroico y se proclamó con júbilo que aquel era “otro día más glorioso en la historia de nuestra Patria, otro día que marca una fecha: ¡la fecha en que la brigada invasora Che Guevara inició la marcha!”. La proyección era desbrozar 58 mil caballerías en todo el país.

Al concluir el acto Fidel convocó a los brigadistas: “¡Adelante, compañeros, sin que nada ni nadie los pueda detener, sin que haya tarea dura, sin que haya obstáculo difícil! (exclamaciones: “¡Nunca!”). ¡Lleguen hasta Isla de Pinos y Pinar del Río y regresen victoriosos a la heroica provincia oriental, de donde partieron aquellos en 1895 y en 1958, cuya historia épica ustedes van a emular desde este momento!”.

Dos meses más tarde, el 24 de diciembre, en 40 Pesos, Jobabo, el Comandante en Jefe se dirigía a los brigadistas de la “Che Guevara” nuevamente. En esta ocasión para dar por concluido el trabajo en la provincia de Oriente y pasar a realizar las labores en Camagüey.

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Era de noche y se iluminaban con las luces de la maquinaria utilizada en la faena diaria. La Bandera Nacional, la de la brigada y los estandartes de los batallones respectivos ondeaban al viento en ese instante de victoria. El comandante Maro, acompañado de otros oficiales, informa al Comandante en Jefe que la tropa está lista para cumplir nuevas misiones.

En el acto se encontraban presentes, además, Osvaldo Dorticós Torrado, Blas Roca Calderío, Armando Acosta Cordero, Celia Sánchez Manduley y Aleyda March, viuda del Che, con sus hijos Aleida, Camilo y Celia.Fidel en 40 pesos Jobabo 1

El Comandante en Jefe en su discurso expresó su admiración ante la tarea realizada por ellos antes de cumplirse los dos meses de labor, a pesar de que comenzaron aproximadamente con la mitad de los efectivos totales y recibieron la técnica sobre la marcha. Haber desbrozado cuatro mil 236 caballerías de tierra, “de tierras absolutamente improductivas, de tierras prácticamente vírgenes, constituye, sin duda, un esfuerzo extraordinario y una justificación de la confianza que la Revolución, sus dirigentes y el pueblo pusieron en ustedes”, comentó.

Fidel reconoció el tesón con el que se afrontó la misión. “De revolucionarios el esfuerzo realizado, de revolucionarios el espíritu demostrado, de revolucionarios la cantidad de trabajo realizado, y de revolucionarios la organización, las innovaciones y los resultados que se están obteniendo”. La brigada se enfrascó fundamentalmente en el desbroce de tierra para nuevos sembrados de arroz. En Camagüey trabajaría no solo en el arroz, sino también en los cultivos de la caña.

En el encuentro, el Líder cubano anunció que después de concluida la actividad del desbroce de tierra, la hueste pasaría a convertirse en brigada hidráulica para el año 1969, con el fin de darle un impulso decisivo al avance de los recursos hidráulicos del país, la construcción de embalses, drenajes y aprovechamiento de las aguas subterráneas. Expuso también el programa de trabajo en cada una de las provincias, los recursos que ponía la Revolución para logar el desarrollo hidráulico y productivo en los próximos años.Fidel en 40 pesos

En su discurso, el Comandante en Jefe reconoció la entrega y el empeño de los brigadistas que día y noche, incesantemente, habían estado al lado de las máquinas, y trabajando, “viviendo en campaña como en una guerra, librando una verdadera batalla, ese esfuerzo será decisivo -repito-, decisivo para nuestro país, decisivo para los programas agrícolas de nuestro país”.

Hizo un aparte para avocar a un trabajador que había perdido su vida en las labores. “Dejamos constancia también de nuestro reconocimiento a este compañero, al que con toda razón podemos llamar heroico, que dio su sangre y dio su vida como los combatientes que lo precedieron, como los combatientes que en la guerra hicieron posible el presente de la Patria”.

Dijo que el hombre se ve en la necesidad de luchar, de enfrentarse a las adversidades, de enfrentarse a la naturaleza dura, de enfrentarse a la pobreza, al subdesarrollo. “¡Pero solo con esfuerzos de hombres, con sacrificios de hombres, se puede marchar adelante!”, y en nombre del Partido y del pueblo les expresó una profunda congratulación por lo que hicieron y la satisfacción por ser acreedores del nombre dignísimo que llevaba la tropa.

La presencia de Fidel en el territorio de Jobabo, en esa fecha término municipal de Victoria de las Tunas, fue motivo de singular importancia. Esa noche el Líder de la Revolución cenó junto a los integrantes de la brigada, en condiciones de campaña. No existen muchas anécdotas que se cuenten sobre ese día, el acto no fue masivo. Algunos pobladores acudieron al encuentro para ver de cerca a Fidel.

Ese día ya no es para ellos solo el de Nochebuena, es histórico en el municipio de Jobabo, al decir del periodista Yaidel Rodríguez Castro, por la presencia del Comandante en Jefe en esta tierra de “gente humilde que recuerda con orgullo su legendaria figura”.