normalidad41230

Las Tunas.- Ayer, justo en el día 100 después de que fueran diagnosticados los primeros casos del SARS-CoV-2 en Cuba, Las Tunas comenzó la desescalada. 26 Digital salió a las calles para vivir la experiencia de primera mano.

Sorprendió, en muchas arterias, el regreso de los ruidos y con ellos, la vida. Marco, el del bicitaxi, saludaba a todo el que se cruzaba en su camino en los alrededores del policlínico Manuel (Piti) Fajardo. Y Pepe, que se apresta a regresar el lunes al trabajo después de un confinamiento obligatorio, no pudo esconder la sonrisa. Ya hasta se le olvidó lo molesto que estaba con el director de la empresa cuando lo mandó para la casa porque era de los vulnerables (mayor de 60 años e hipertenso). Y eso sin darle tiempo a explicar que no, las canas no importan, él se sentía como un cañón.

Más de un lugareño se detuvo en el área de Los Pinos, allá por frente al seminternado Julián Santana, para ver pasar a la caravana de cuatro mototaxis que llegaban desde la zona de Becerra. Venían pitando y aplaudiendo como en el mejor día de fiesta. Es la vuelta al trabajo, con restricciones, sí, pero dando la posibilidad de ser útil y llevar el sustento a los suyos al final de cada jornada.

Rauli, con el brío que dan los 13 años, “le quemó” el celular a Julito. Son amigos del aula, viven cerca y desde marzo solo se ven por WhatsApp, y eso, cuando permiten los megas. “Le voy a dar un abrazo -me dijo- que le van a doler las costillas toda una semana”.

La doctora frente a mi casa se tomó el día libre. Lleva meses en la zona roja del policlínico Aquiles Espinosa y hoy baldeó su hogar de manera especial. El agua corrió a su antojo por entre las hendijas y la puerta hasta la calle. “Porque el día está bonito, contó, y hay que aprovechar lo bueno”.

Martha salió al parque “a mirar porque extrañaba hasta los pajaritos” y Dianelis mandó a los niños para la casa de la abuela, todo el día. “Necesito tomarme un diez y ellos también. Allá tienen un patio grande, donde pueden correr. Llevan tiempo metidos en las cuatro paredes del apartamento”.

No se acabó la pandemia. Lo sabemos. Pero en Las Tunas, a pesar de los pesares, lo hemos hecho bien. Estamos en desescalada. No se puede bajar la guardia, claro está, pero la ciudad se va abriendo otra vez a la vida, con sus ruidos, sus nostalgias y sus certezas.

 

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar