Las Tunas.- El llamado a clases sonó con la misma fuerza de siempre, pero esta vez tuvo un eco distinto. No fue únicamente el inicio de la docencia en la Universidad de Las Tunas (ULT), sino la confirmación de que, pese a las tensiones económicas que atraviesa el país, miles de jóvenes tuneros volvieron a llenar de vida los pasillos, las aulas y las residencias estudiantiles.

El curso escolar 2025-2026 abrió con más de cinco mil 100 alumnos matriculados, un número que encierra historias personales, sueños colectivos y, sobre todo, el sentido deber de un plantel, que arriba a este período lectivo con grandes motivaciones históricas y sociales.

Durante una revisión a los aseguramientos en la primera semana de septiembre, la rectora, Yoenia Virgen Barbán Sarduy, explicó que la matrícula general se distribuye en mil ocho pupilos en el curso diurno, tres mil 993 en el curso por encuentros, 28 en la educación a distancia y 94 en carreras de ciclo corto. “Cada cifra representa un reto para nosotros como institución, porque educar en este contexto es un desafío, que exige creatividad y compromiso”, señaló la directiva.

UN CLAUSTRO QUE SE REINVENTA

Las estadísticas del claustro reflejan luces y sombras. La casa de altos estudios dispone de mil 32 plazas de docentes, pero 210 permanecen vacantes. Frente a esta dificultad, el centro ha echado mano a múltiples alternativas: 322 profesores a tiempo completo, 399 de manera parcial, 78 adiestrados y cuatro jubilados reincorporados aseguran el desarrollo de las clases.

En el grupo de profesores a tiempo parcial destacan trabajadores de empresas y entidades del territorio, quienes no solo transmiten sus conocimientos, sino que convierten sus instituciones en unidades docentes, en las que los estudiantes realizan prácticas y, en muchos casos, encuentran su primer empleo.

Además, se ha fortalecido la incorporación al proceso de alumnos ayudantes y de alto aprovechamiento académico. El vicerrector de Formación de Pregrado y Extensión Universitaria, Danis Figueredo Espinosa, lo resume con una frase muy ilustrativa: “El protagonismo juvenil se multiplica, porque son ellos mismos quienes enseñan, guían y refuerzan a sus compañeros”.

ESPACIOS PARA VIVIR Y APRENDER

La Universidad no es solo aulas y pizarras; es también residencia, comedor, transporte, servicios... Allí se construyen amistades y se forja el carácter. Actualmente, la residencia estudiantil acoge a 390 jóvenes: 212 en el campus Pepito Tey y 178 en el Lenin. Una de estas instalaciones fue recientemente reparada, con mejoras en literas, colchones y equipamiento.

“Tengo amistades de otros municipios y si no tuvieran beca les sería imposible estudiar aquí. Ahora cuentan con condiciones superiores y espacios más cómodos. No es un lujo, pero para todos significa mucho”, dice Lisander Rivero Manzano, estudiante de cuarto año de Licenciatura en Educación Artística.

“Durante mi estancia en este centro he tenido, como todos, altas y bajas. Estar aquí es una superexperiencia, pues he ampliado en gran medida mis conocimientos y he logrado sensibilizarme con muchas personas. En estos momentos, la Universidad de Las Tunas nos brinda gran cantidad de oportunidades de aportar a la sociedad, como son la tarea Educando por Amor y proyectos extensionistas en los que podemos insertarnos.

“Si hablamos de las comidas debo decir que, obviamente, no son excelentes, pero sí lo mejor que se puede ofrecer. Tenemos adecuada calidad en las residencias, aulas con buena iluminación, laboratorios especializados, bibliotecas y zonas wifi para el fácil acceso a Internet…, muchas garantías que respaldan nuestra entrega”, comenta.

La voz de los más nuevos aporta frescura al panorama. Rolando Antonio Rojas Riverón, estudiante de primer año de Comunicación Social y natural del municipio de Báguano, en Holguín, comparte sus primeras impresiones:

“Aunque llevo apenas unas semanas aquí, me he dado cuenta de que son muy atentos con nosotros. Para nadie es un secreto cómo está la situación del país y, a pesar de eso, cuando surge cualquier problema -como el agua u otra necesidad- los directivos buscan una solución inmediata. Eso me impresionó, porque he escuchado de amistades en otras universidades donde las cosas son más complicadas.

“También me siento muy bien con mis compañeros, no podía pedir mejores personas, y he hecho muchas amistades en poco tiempo. Cuando necesitamos despejar porque las clases son intensas, nos organizan actividades recreativas, que nos ayudan a descansar y a retomar los estudios con más energía. Mi carrera me gusta y puedo decir que estos primeros días han sido bastante buenos”.

CIENCIA Y SUEÑOS DE INNOVACIÓN

La ULT enfrenta desafíos en el terreno científico. Se reporta una baja cantidad de publicaciones indexadas y de premios nacionales de innovación, además de insuficiencia en registros de softwares. No obstante, un hecho marca un antes y un después: la primera patente solicitada por la institución se encuentra en proceso de aprobación oficial.

“Es un paso trascendental para nuestro claustro y para la provincia. Por primera vez la Universidad entra en la historia de la innovación registrada”, subraya Barbán Sarduy, convencida de que este resultado abrirá caminos para una producción científica más visible y transformadora.

En el ámbito del posgrado se mantienen retos vinculados con la defensa de tesis en sectores estratégicos, y la formación de másteres y especialistas. La internacionalización también halla tropiezos, con menos proyectos y menor ejecución de financiamiento exterior. Sin embargo, se insiste en mantener la cooperación, y en insertar a docentes y estudiantes en redes académicas internacionales.

EFEMÉRIDES QUE INSPIRAN

Al nuevo curso lo abrazan efemérides de enorme valor simbólico. Se conmemora el aniversario 80 del ingreso de Fidel Castro a la Universidad de La Habana, el 50 del Ministerio de Educación Superior y, como hito mayor, el centenario del natalicio del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 13 de agosto del 2026.

En lo local, el plantel honra, entre otras motivaciones, la década del proceso de integración de las universidades, los cuatro lustros de la carrera de Ingeniería Informática, los 30 años del otrora instituto superior pedagógico Pepito Tey y los 50 de un antecedente vital, la Filial Universitaria; además, la venidera reacreditación institucional, en diciembre próximo.

Estos acontecimientos, en palabras de Reynaldo Velázquez Zaldívar, viceministro de Educación Superior, deben convertirse en motor de compromiso y en espacios para reafirmar la misión como centro de ciencia, formación y transformación social.

VOCACIÓN SOCIAL Y ESPERANZAS

La ULT mantiene un fuerte vínculo con la sociedad, a través de proyectos de extensión y de tareas de impacto en los barrios. Este mes, la comunidad universitaria protagonizará la discusión del anteproyecto de Ley del Código de Trabajo en ocho asambleas, que se desarrollarán entre el 22 y el 26 de septiembre.

“Nos sentimos parte de las decisiones del país; y que nos consulten sobre el Código de Trabajo demuestra que nuestra voz cuenta”, afirma Lisander Rivero.

El camino, a lo largo de las muchas jornadas venideras, no será sencillo. Existen carencias de recursos tecnológicos, limitaciones en el transporte, vacantes docentes y un contexto económico que condiciona cada paso. Sin embargo, la Universidad comienza este período lectivo con fuerza renovada: un claustro que se reinventa y un estudiantado consciente de que su preparación es vital para el futuro de Cuba.

“Tenemos la fe de que este curso será superior al anterior”, afirmó el vicerrector Figueredo Espinosa, convencido de que la ULT sabrá sortear los temporales y, al mismo tiempo, aportar ciencia, formación y compromiso a la nación.

En los pasillos se mezclan las conversaciones de quienes acaban de llegar con la serenidad de los que ya están cerca de graduarse. En cada aula late la esperanza de que, más allá de los retos, la Universidad es y seguirá siendo el lugar donde nacen los sueños de la provincia y del país.