Imprimir
Visto: 1924

Ángel Luis Batista SantiestebanEn el Día del Historiador queremos agradecer a todos los que se dedican al empeño mayúsculo de desentrañar nuestra raíz para hacer más sólido el presente y el futuro de los pueblos; especialmente, a quienes lo hacen desde Las Tunas. Sirva esta entrevista a un consagrado de estas lides como nuestro homenaje y gratitud

Las Tunas.- Sin cerrar los ojos, Eduardo Garcés Fernández puede verse, otra vez, en aquel campo de pelota, jugando con sus amigos de infancia. Ya no es él quien pichea, sino un soldado rebelde que, sin recordar bien cómo o de dónde, ha entrado en la escena para quedarse tatuado en sus recuerdos.

De ahí, de esos años primigenios, atesora también la visión de un conjunto humano que en compañía de su padre divisó a lo lejos, creyendo "el viejo" que eran "gente con azadones" cuando en realidad se trataba de combatientes en busca de la alborada libertaria.

Tiempo pasó hasta que determinó que aquellas memorias eran el reflejo del tránsito y las operaciones en Las Tunas de la Columna 12 Simón Bolívar, perteneciente al IV Frente Oriental de igual nombre. Esos relatos le sembraron en su temprana juventud la inquietud por indagar acerca de la lucha insurreccional (1952-1958) en la provincia, etapa a la que ha dedicado buena parte de su quehacer como historiador. Con tres libros bajo su firma, uno en editorial y numerosos artículos publicados, el pedagogo de larga data tiene la martiana certeza de que "de amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias nuevas".

"Es imprescindible conocer la historia de Cuba y, dentro de esta, la local. Si no hacemos este ejercicio de viajar a la raíz es difícil entender y valorar lo que tenemos y cuánto ha costado. Hay que agradecerles a las generaciones anteriores lo que hoy poseemos", comenta con convicción, impelido por la común preocupación entre los Homeros de hoy de que se sepa cuán difícil ha resultado el camino; pues en el pasado radica la clave para descifrar el presente.

"El espacio y el tiempo forman parte imprescindible de los anales", agrega mientras destaca el nacimiento aquí de la Filial de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en el año 1986, la que tuvo entonces el honor y el desafío de conducir.

"Fuimos 35 los iniciadores; en la dirección me sucedió la doctora Mayra Acebo, a ella el doctor Julio Gómez Molde (fallecido), luego Plácido Cruz Infante (fallecido), Guillermo Montero Quesada (fallecido) y en la actualidad ostenta ese cargo Rafaela Martínez Collazo". Tras listar los nombres de cada uno de sus compañeros, miembros fundadores, además, expresa palabras de cariño, admiración y reconocimiento por la entrega a un empeño que tiene, en el país, encumbrados antecedentes en figuras como Emilio Roig de Leuchsenring, quien demostró, en los años 40, que "Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos", contrario a la tesis oficial de los interventores yanquis.

La certeza de que los acontecimientos conforman el gran abanico de la historia lo guía en su trabajo diario. Así fue durante la concepción y escritura de la Síntesis Histórica Provincial, la primera de su tipo publicada en la Isla, en el 2010, fruto del esfuerzo común de varios estudiosos "atrevidos", como él mismo sentencia. "Era una necesidad para el pueblo tunero y, en particular, para el sector educacional, contar con un documento que explicara los principales hechos ocurridos en este territorio.

"Cada suceso tiene valor y me resulta de interés y motivo de orgullo; desde Las Tunas aborigen, las luchas por la independencia lideradas por Vicente García, hasta la etapa neocolonial con las inversiones anglosajonas en la zona, las reuniones y visitas de Antonio Guiteras… o las acciones de la Columna 12 que, aunque peleó en esta región apenas unos tres meses, atacó en dos oportunidades el poblado de Jobabo y liberó Bartle y Puerto Padre junto a la Columna 2, además de Las Tunas".

Consciente del compromiso moral y el rigor que entraña la investigación en esta rama, Eduardo Garcés hace suyas las palabras del Premio Nacional de Historia Mario Mencía Cobas: "Tenemos que indagar, corroborar, estudiar y analizar, porque solo así podemos impedir la adulteración de los hechos".

Cerca del final de la conversación, el tunero que cree en la trascendencia de una obra dada su utilidad social y espiritual, el profesor "madurado a golpes" en la adolescencia, el hijo de campesinos, bautizado por católicos y espiritistas, el padre y abuelo afirma: "La historia es la búsqueda permanente de la verdad, a veces por aproximaciones sucesivas; ni todo está dicho ni todo lo dicho está bien. La investigación histórica nunca se detiene".

¡Enhorabuena para quienes, como él, no cesan en la faena edificante y ayudan a descifrar el devenir de la nación con la sabiduría necesaria para resistir y desarrollarnos sin perder nuestras esencias!