Beijing, China.- El representante aquí del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) Carlos Watson, ponderó la estrategia china para la seguridad alimentaria de su población. “Ha sido un logro increíble lo que han hecho”, afirmó.
En las últimas cuatro décadas, la República Popular China (RPCH), destacó, trabajó consecuentemente para que no se repitan las hambrunas que padeció el país a mediados del siglo XX. “El mismo presidente (Xi Jinping) ha dicho que quiere asegurarse de que cada chino tenga un plato de arroz en su mano. Ha sido todo muy organizado, muy planificado y empieza lógicamente con un compromiso y una decisión política del más alto nivel. La agricultura es un tema fundamental, prioritario”, subrayó.
Watson significó cómo la nación asiática ha logrado involucrar al pueblo, en especial a los productores agrícolas en el empeño común de proveer alimentos a un gigante de más de mil millones de habitantes. Al respecto, acentuó que “ha sido un trabajo entre gobierno, pueblo e instituciones. Esto, recalcó, es muy importante porque aquí existen 230 millones de pequeños agricultores; tener el apoyo de ellos ha sido parte de este éxito”.
En el actual plan quinquenal, comentó, China incluyó entre sus directrices esenciales medidas y proyectos relacionados con la seguridad alimentaria, con la promoción agrícola y la modernización rural. Concretamente, citó, la RPCH tiene entre sus prioridades “sentar los fundamentos para la producción agrícola, la mejora del suministro y niveles de seguridad de los granos y otros productos importantes; la promoción de prácticas de desarrollo innovativo para la mejora de la calidad agrícola, la eficiencia y la competitividad”.
Además, expresó, pretenden tener un “sistema industrial moderno y mejorar los niveles de modernización de toda la cadena de valor industrial”; así como “reforzar la construcción de una civilización ecológica en áreas rurales y una campiña verde y hermosa”; mejorando la gobernanza rural y construyendo un ambiente en la campiña armoniosa y verde. Al unísono, hizo notar que las autoridades chinas declararon entre sus prioridades “profundizar en reformas agrícolas y rurales, perfeccionar los sistemas y mecanismos para un desarrollo integral entre las zonas rurales y las urbanas”.
“Uno de los mayores logros en temas agrícolas ha sido pasar de una agricultura muy básica, rudimentaria, e ineficiente a lo que tenemos hoy: al top de la investigación, de las capacidades técnicas creando una suficiencia alimentaria importante. Esto ha hecho que China acumule un gran tesoro nacional, lleno de mejores prácticas políticas, legislaciones y entrenamientos”.
En los primeros años, acotó, ese despegue tuvo un impacto en el equilibrio ecológico; sin embargo, hizo notar que “eso ha cambiado completamente y una prioridad para ellos es la sostenibilidad ecológica. Entonces todo está regido por normas muy estrictas de conservación del medio ambiente, de los recursos naturales”.
El representante de la FAO aquí, hizo hincapié en la labor conjunta entre este organismo de las Naciones Unidas y el Gobierno chino desde finales de la década de 1970. De manera que, explicó, han acompañado el afán de Beijing por alcanzar la seguridad alimentaria de su población. “Cuando China anunció en el 2021 la eliminación de la pobreza extrema, fueron 650 millones de personas que sacaron de la pobreza extrema; eso hizo que los números de pobreza extrema mundial bajaran. Siempre digo que es un game changer¸ cualquier cosa que pase en China por el tamaño del país en sí, su volumen… tiene impacto mundial tal cual sucedió con este”.
Ahora, explica en la RPCH el gran tema es cómo hacer que lo alcanzado en la seguridad alimentaria no se revierta: “Entonces se pasaron al segundo tema: el de la revitalización rural”. Están enfrascados, expuso, en “desarrollar las áreas rurales para que sean vibrantes, interesantes, atractivas, para que tengan equidad social, una gobernanza y lograr que la gente allí primero que todo se quede. Este tema para nosotros como FAO es muy importante, porque está dentro del nuestro marco estratégico, pues promovemos una estrategia de desarrollo sostenible, inclusivo, resiliente”.
Igualmente aseguró, proseguirán con los programas conjuntos para compartir las experiencias chinas con los países del llamado Tercer Mundo. Con el programa FAO-China de Cooperación Sur-Sur se han beneficiado, ejemplificó, 1,5 millones de agricultores pequeños en África.
Otra contribución muy importante está relacionada con la producción de variedades de semillas que produzcan más, describió. “China está a la cabeza con el arroz híbrido, y tenemos seis centros de innovación para la producción de semilla resistentes a suelos secos o salinos”. Paralelamente, enumeró, “uno de los mayores trabajos que estamos desarrollando aquí en este momento es la recuperación y el mantenimiento de los suelos negros que están muy deteriorados y avanzamos en el aprovechamiento de los suelos salinos.
"En el 2022 celebramos 40 años de trabajo entre la FAO y China, y el Gobierno chino directamente reconoce que este ha sido un camino que andamos juntos”, concluyó.
