Las Tunas.- Alegría, temeridad, pasión, entusiasmo, disposición y voluntad suelen ser características propias de la juventud; la lista sería extensa si pretendiéramos enumerar todo aquello que alienta a los más mozos. En esas edades que diría yo, cada quien precisa según su manera de concebir la vida, pero que sin dudas tienen también un signo biológico; todo parece posible, tanto así que podríamos preguntarnos qué no es capaz de emprender la grey joven.
Hoy en día, nuestro mundo alberga la población de este rango etario más grande de la historia. Ese dato ilustra una fuerza valiosa para dar forma a un mundo mejor. Naciones Unidas señala, que nuestra generación de jóvenes no solo es la más grande, sino también la más conectada de la historia, con una posición única para movilizar su fuerza colectiva en favor de un futuro de superior provecho, paz y bienestar.
No obstante ese potencial, es también la juventud víctima de los problemas que, en el orden global, sitúan en jaque a toda la humanidad pero que les afecta, con particular rigor, junto a la infancia.
¿Cómo son las juventudes cubanas? ¿Qué les interesa, las motiva y a qué aspiran? ¿Cómo han cambiado sus formas de relacionarse, proyectarse y organizarse a partir del empleo creciente de las nuevas tecnologías? ¿En qué medida consiguen conectar sus intereses individuales y propósitos de vida con la construcción colectiva de un proyecto país? ¿Cuánto las políticas públicas contemplan su diversidad y necesidades diferenciadas? ¿Qué desafíos persisten para lograr una participación real de quienes se encuentran en estas edades?
La celebración del Día Internacional de la Juventud nos impele a regresar a estas preguntas que no son nuevas y que resumen las inquietudes de tantos alrededor del orbe, también al interior de la nación cubana. Al respecto, resulta esencial entender "la impresionante diversidad de condiciones, gustos, intereses y aspiraciones de quienes conforman a estas generaciones."
Nos corresponde a todos, como país, diseñar un proyecto que conecte con las necesidades individuales de ese grupo poblacional y que éste se sienta parte activa del acontecer. No es fácil, tampoco tan difícil.
¿Qué es la juventud? Ante esa interrogante yo diría que es vida, la juventud es símbolo de la vida. Sin ella nada es posible, su fuerza, compromiso, motivación, alegría, deseos de avanzar e insatisfacciones… son necesarios para aportar al sueño común de un planeta y una Cuba mejor.
¡Largo aliento a quienes mueven y moverán el mundo!
