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Las Tunas.- La disponibilidad de agua en la provincia disminuye cada día y esas circunstancias se tornan preocupantes para el pueblo y las autoridades políticas, gubernamentales y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).

De conjunto, los 23 embalses administrados por dicha entidad acumulan 106 millones de metros cúbicos del líquido, lo que representa el 30 por ciento de la capacidad total de llenado, e indica la obligación de priorizar ese recurso natural para el consumo de la población, fundamentalmente.

Para ilustrar el panorama actual -según el boletín diario del INRH- basta señalar que en el reciente mes de enero las precipitaciones apenas sobrepasaron los 6,8 milímetros (mm) de lluvia, de un promedio histórico para el período de 30,3 mm.

La falta de aguaceros frecuentes, el bombeo sistemático a los sectores residencial e industrial y el proceso natural de evaporación en las presas podrían agravar la situación de los reservorios hasta tanto comience el período húmedo, que se extiende de mayo a octubre.

El municipio tunero en mejores condiciones es Amancio, pues la derivadora Sevilla acumula el 74 por ciento de sus posibilidades de almacenamiento. En el resto del territorio los indicadores son: Majibacoa (59 por ciento), Manatí (42), Las Tunas (33), “Colombia” (32), “Jesús Menéndez” (18), Puerto Padre (12) y Jobabo (ocho).

La insuficiente cantidad de agua motivó la adopción de disposiciones de ahorro, dirigidas a darle un uso racional y en ese sentido sobresale que la presa Juan Sáez -la de mayor volumen aquí- restringió a los clientes de los sectores azucarero y agropecuario para priorizar el abasto a los moradores.

También se decidió limitar el suministro desde “Jobabito” hasta los poblados de Bartle y Bejuco, en la localidad cabecera, por lo que los residentes de esas comunidades recibirán el líquido a través de las redes hidráulicas los jueves, viernes y sábados.

En medio de este escenario tan adverso para los tuneros, solo resta extremar las medidas en los hogares, escuelas y centros laborales y, especialmente, suprimir salideros en conductoras y redes, así como prevenir el desbordamiento de tanques y cisternas.