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María Caridad González Borlet 3
Chaparra, "Jesús Menéndez", Las Tunas.- A la doctora en Ciencias Veterinarias María Caridad González Borlet lo mismo se le ve en un aula delante de los estudiantes, que frente a un libro, ávida de conocimientos, o en un camino rural, a bordo de un carretón, rumbo a las fincas de "sus productores".

Es profesora titular del Centro Universitario Municipal (CUM) de "Jesús Menéndez", al que ha honrado a lo largo de muchos años, con una conducta admirable como educadora, formadora de las nuevas generaciones y guía de procesos que redundan en la producción de alimentos.

Por todo ello, y por sus constantes estudios sobre diferentes temáticas, hace algunos meses mereció el Premio Doctor Guillermo Leyva como investigador individual, que otorga la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), a la que pertenece.María Caridad González Borlet 1

Sin embargo, ni los reconocimientos, ni sus cargos académicos o grados científicos le cambian la humildad, esa virtud que no pregona ni expresa con palabras, solo con sentimientos y con el ejemplo de quien se sabe útil y necesaria para que el bien prospere, como los jóvenes a los que se dedica en cuerpo y alma.

"Me reconforta estar frente a los estudiantes porque es un desafío más en el escenario de estos tiempos, en el que estas grandes complejidades exigen mayor preparación y los retos se multiplican. Eso me compromete a superarme de manera constante y a mantener una actualización diaria de la especialidad.

"Cada día recibo la seguridad de ellos y logro respeto y confianza en el contenido que imparto, pero lo mejor de todo es el intercambio de criterios. Enseñan mucho y una aprende buscando cómo explicar mejor los contenidos porque a veces se les ocurren preguntas que no esperamos".

María Caridad se siente orgullosa de muchas cosas, aunque lo que más le emociona es la cantidad de generaciones de estudiantes que durante años ha acompañado en su formación general integral y que hoy son profesionales útiles al país.

"Ahora las universidades, los centros laborales y los colectivos tienen la mayor riqueza que puede poseer cualquier nación: su potencial humano formado por la Revolución. Por eso, me siento muy satisfecha al aportar mi granito de arena y todos mis conocimientos en función de los alumnos.

"Para mí es un compromiso moral que se lo debo al país por haberme formado en esta hermosa profesión. Lo devuelvo con el apoyo a la producción de alimentos aquí, mediante el desarrollo de varios proyectos y con la voluntad de mejorar la seguridad alimentaria".

A su juicio, para el CUM ha sido un gran reto estar en el centro de los problemas que hoy ocupan al territorio chaparrero y hacia ahí va la Universidad, aplicando el método científico como una manera superior de lograr la soberanía alimentaria que tanto necesita el país, para el tiempo presente y el futuro.

María Caridad González Borlet 2"Todo eso es posible y se demuestra con frecuencia. Además de las 63 medidas aprobadas para el sector agropecuario, aquí tenemos tierras en las que se da el maíz, la soya, el sorgo y el girasol. Están los derivados de la caña, las plantas proteicas y los subproductos agrícolas. Ante las millonarias importaciones del alimento animal, la producción de ellos es la mejor variante.

"Así lo confirmamos en un proyecto con el Instituto de Meteorología, dedicado al proceso de extensión tecnológica para la adaptación del ganado caprino al cambio climático, o en el programa territorial que evalúa la biodiversidad genética del cerdo criollo.

"Igualmente, el CUM trabaja con seis proyectos de desarrollo local con diferentes entidades, los que han propiciado la transferencia de modernas tecnologías; y nos ha tocado la misión de capacitar a todos esos productores".

Durante sus clases, la investigadora está tan a gusto como cuando desanda los campos del municipio de Jesús Menéndez para valorar una variedad de alimento animal o ver cuánto han crecido los cerdos o las cabras de algún campesino que antes le pidió asesoramiento.

No sabría qué escoger, entre el verde del campo y la tiza y el pizarrón. Con ambas aristas de su vida se siente muy a gusto y es feliz, detrás de los estudiantes más rezagados y delante de los que siempre la buscan para beber de su verbo ágil y su bondad.