
Las Tunas.- El Congreso Nacional de Historia tuvo su segunda jornada de trabajo en Puerto Padre; un terruño que los recibió con una engalanada avenida Libertad y en el que fue develada en la tarde, con la presencia de las principales autoridades de la provincia, una placa conmemorativa de la cita en el museo Fernando García Grave de Peralta.
El panel central, que versó sobre la Guerra Necesaria y las figuras de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, ocupó parte importante de la mañana; y al trabajo en comisiones, intenso y prolífico, se sumó la participación de algunos historiadores en espacios más alejados habitualmente de los debates históricos, en los que primó la cercanía con los jóvenes y los temas que marcan sus intereses más apremiantes.
Llegaron así a la Tabaquería local y a la Facultad de Ciencias Médicas, dando ribetes de pueblo a una cita en la que va primando lo comunitario, con ese lazo indisoluble entre la historia pasada y la que escribe todos los días a pulso este país, entre el espanto y la ternura.
En el central Antonio Guiteras sucedió un panel que estuvo dedicado a la historia azucarera, algo que estas citas acogen por primera vez y que responde a la cultura y al arraigo de la vida de bateyes y centrales en este espacio de Cuba.

Allí, nueve ponencias fueron cobrando vida propia, en varios momentos se habló de Fidel Castro y sus aportes y visitas a estas tierras para concretar el tiempo fecundo de la siembra, desandar entre hierros y hacer del compromiso obrero un abrazo sincero entre los hombres.
Hoy los delegados se mantienen en el centro de la ciudad de Las Tunas. Continúan los intercambios y debates; y siguen poniendo rostros y desgarrando con honestidad la historia de la Patria.
