
Las Tunas.- Los trabajadores del sector eléctrico de esta provincia oriental andan por la agreste geografía del municipio santiaguero de San Luis, con la moral, la disciplina y la disposición tan altas como las montañas de la sierra que lo circunda; y lo hacen procurando llevar la luz que el huracán Melissa arrebató de un tirón.
Jesser Ramos Santiesteban es especialista en Seguridad y Salud del Trabajo en la Empresa Eléctrica Las Tunas y cronista excepcional del quehacer de sus compañeros en estas batallas casi anuales contra los daños que dejan los ciclones en diferentes regiones de Cuba. Nos cuenta que son cotidianas las proezas por recomponer el sistema severamente golpeado por las fuerzas del fenómeno meteorológico, que azotó a la región oriental del país el 29 de octubre pasado.
Integrados, como ya es tradicional, en el contingente Vicente García, están desafiando el impacto del desastre con la misma bravura del insigne mambí en la lucha contra el colonialismo español. Ahora ellos honran al patriota local, cuya estirpe sirve de brújula para acometer la compleja misión de poner orden al maltrecho entramado de líneas eléctricas, contadores, postes…, que Melissa derribó sin piedad.
Refiere Ramos Santiesteban que el intenso calor y el complicado terreno hacen más agotadoras las jornadas, pero nada cambia la decisión del colectivo: dar lo mejor de cada uno y cumplir la tarea encomendada, porque “satisface mucho la alegría que expresan los vecinos cuando se restablece el servicio”, remarca.
El compromiso es ese, crear las condiciones técnicas para que la luz vuelva a esa zona, que sufrió el embate brutal del poderoso ciclón y, por esa razón, laboran con ahínco y vencen obstáculos para proporcionar el bienestar de la ciudadanía.
Ramos Santiesteban atestigua que, en medio del complejo quehacer, priman la unidad de acción del colectivo, el trabajo en equipo, la observancia de las medidas de seguridad y salud del trabajo, con énfasis en las establecidas para tiempo de contingencia.
El contingente agrupa y une en el mismo objetivo a brigadas de linieros, personal técnico, aseguramiento logístico como herramientas y cables, todos movidos por el sentimiento de la solidaridad inculcada por el invicto Comandante en Jefe y que la Revolución ha cultivado por casi siete décadas.
El día de la salida desde Las Tunas, el ingeniero Carlos Rafael Arias Sobrino, director general de la Empresa Eléctrica en la provincia, describió el difícil escenario en el que trabajarían y las condiciones que les esperaban, porque “vamos a comunidades devastadas”.
En esas zonas está el coraje de estos soldados de la luz, acompañando a los perjudicados y haciendo realidad la esperanza de volver a la normalidad con el apoyo de toda Cuba.