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Las Tunas.- Una pequeña embarcación, que mediante los esteros me condujo por varios vericuetos de una exuberante naturaleza, abundante avifauna y cocodrilos que apenas asoman parte de la cabeza y dan la sensación de estar dormidos y flotando en el agua, es lo singular del Monte Cabaniguán.

Esta Zona Protegida -ubicada en el sureño municipio de Jobabo, en la provincia de Las Tunas-, es ya célebre dentro de la geografía cubana por ser el mayor reservorio del mundo del cocodrilo Acutus.

Es también conocido como cocodrilo americano porque habita desde el extremo sur de Florida, Estados Unidos, hasta Perú, en la frontera con Ecuador, pero entre los 17 países en que tiene su presencia este reptil es en el Delta del Cauto donde convive en masa.

cabaniguan4En Cabaniguán consideran al cocodrilo como un patrimonio, pues además de su existencia en las aguas del golfo de Guacanayabo, conservan un criadero artificial, en el que gracias a la intervención del hombre coinciden animales de distintos tamaños y pesos.

Tras ranchear nidos encontrados en sitios donde el sustrato no permite nacimientos por la vulnerabilidad al exceso de humedad, se recogen los huevos expuestos a las adversidades de la naturaleza y se ponen a sacar en el criadero.

Este lugar ha sido premiado con una alta población de saurios por ser un hábitat propio para su desarrollo. Así sucede en el Guacanayabo como en los orientales territorios de Las Tunas y Granma.

El doctor Manuel Alonso Tabet (ya fallecido), un empedernido estudioso de este apartado sitio, a 750 kilómetros de La Habana, y nativo del municipio de Jobabo, reveló algunos secretos derivados de sus investigaciones y convivencia en este reino animal.

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Algunos estudiosos del Acutus en el orbe han considerado que las cocodrilas abandonan el nido, mientras otros plantean lo contrario, entre ellos Alonso Tabet, quien le dio seguimiento con paciencia al proceder de las hembras.

En una ocasión le dijo a la Agencia Cubana de Noticias (ACN): "El cocodrilo es un animal de hábitos nocturnos, difícil de ver lo que hace. Pero he podido comprobar que es una madre amantísima, que cuida su nido, ayuda a la eclosión y luego poco a poco transporta las crías en su boca para depositarlas en los esteros".

Confesó que en una jornada en Cabaniguán llegaron a contabilizar 300 nidos en la arena, a razón de 90 a 100 por hectárea, mientras el mayor saurio capturado para su estudio pesó unas 800 libras y midió cinco metros y 35 centímetros.

Unas 14 mil 500 hectáreas terrestres abarca este reservorio, donde es fácil apreciar fiestas de aves circundantes que se mueven de un lugar a otro de los espesos manglares y la amplia presencia de la palma de guano.

Pelícanos, cocos, carpinteros churroso, verde, cateyes, rabihorcados, gaviotas y una abundante población del flamenco rosado matizan también este paraíso natural, ya aprobado y listo para el turismo de naturaleza.

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