Imprimir
Visto: 2319

tabaco portada foto de la autora

Las Tunas.- ¿Qué secretos encierra el tabaco cubano que lo hace estar en la preferencia mundial? Más que experiencia, oficio y destrezas, la fabricación de estos puros está acompañada de la abnegación y el empeño de quienes lo confeccionan, una elaboración completamente manual, junto a ritmos, olores y sabor único como elíxir, dan el acabado al producto, apreciado por el fumador cubano y foráneo.

Desde el norte de esta oriental provincia cubana, en la fábrica de tabaco torcido para la exportación Vidal Navas Fernández, un colectivo puertopadrense labora con un aval de compromiso que no los hace renunciar a sus objetivos de sobrecumplir los planes, y garantizar en sus puros un auténtico sabor cubano, para que esté en el podio de predilección en todos los países.

Los procesos fabriles allí convergen con voluntad, calidad y rapidez, a fin de garantizar las metas propuestas para el día, incluso, un poquito más, empeño que no ha sido abandonado por estos tabacaleros, a pesar de la actual crisis epidemiológica.

marca José L. Piedra de la autoraAquí los resultados económicos y de eficiencia avalan su condición de destacada en el mapa nacional, manufacturando habanos para ocho marcas reconocidas en el catálogo internacional.

Este año también hemos tenido índices favorables, manifiesta Luis Enrique Parra López, director de esta UEB de exportación. “A pesar de los efectos de la Covid-19 y las inclemencias económicas que dificultan el envío hacia otros países, no se ha dejado de trabajar. Tenemos cerca de 350 mil tabacos en proceso, esperando las habilitaciones para estar listos para exportar.

“Aunque la situación es difícil y laboramos con menos trabajadores, no abandonamos nuestro plan anual que es de un millón 800 mil unidades”, aseguró el directivo.

“Producimos 21 tipos de tabacos que se llaman vitolas, repartidos en ocho marcas, entre ellas, las preferidas como el Montecristo, Romeo y Julieta, el Partagás, H. Upmann, José Luis Piedra, cada uno con diferentes versiones, pero todas dirigidas al Grupo Habano S.A., que se encarga de la comercialización en el mundo”.

TABACOS TUNEROS, TABACOS DE CALIDAD

“Este producto exige una calidad extrema, es uno de los símbolos representativos en el mercado mundial, por lo que como marca reconocida tiene que ser de calidad”, asegura Parra López.

“Nosotros llevamos ya cerca de 10 años de experiencia en la exportación, por lo que hemos afianzado el algoritmo de trabajo para estas condiciones y aunque la mayoría de los trabajadores son jóvenes, no han dejado de prepararse, reciben capacitaciones constantes. Habanos S.A. es muy exigente, revisan la mercancía en su totalidad y si tiene alguna deficiencia la rechazan.

“Los resultados en este apartado son alentadores también, pues como otro medidor de eficiencia se puede mencionar el índice de rechazo, que es mínimo, resultado avalado por el punto de inspección del grupo comercial Habano”.

Es un proceso que necesita perspicacia, pues a golpe de vista se hace toda la escogida y selección de la materia prima para los diferentes surtidos, elementos cruciales para dotar al habano de los rasgos de color, tamaño y confección.

Iraida Almaguer labora allí, hace el cierre a las cajas de tabaco que viajarán quién sabe hasta qué punto de la geografía mundial. Ella conoce cuál es su misión en la cadena productiva y responde con destreza y cuidado.

“Le ponemos el sello que lo distingue, pero también es una marca de garantía. El trabajo hay que hacerlo con calidad, cuando pasan por mis manos doy el acabado, me fijo que todo esté como debe ser en tamaño, forma, matiz; si eso no se hace bien, el proceso no se puede dar por terminado, el tabaco tiene que estar en condiciones óptimas para el comercio”.

SIN MIEDOS A LA COVID-19

El directivo vaticina buenos resultados para el año. “Si en estos meses con la presencia del nuevo coronavirus, que han sido los más difíciles, pues una veintena de torcedores no pueden asistir a la fábrica, lo hemos logrado, ya nada nos detendrá.joven torcedor. de la autorajpg

“Los demás trabajadores, con mucho sacrificio y sentido de pertenencia han paliado esta ausencia con un incremento de sus rendimientos. Y no es poco lo que hay que hacer por encima de sus entregas diarias, pues estos 21 trabajadores fuera de sus puestos significan dejar de torcer casi tres mil tabacos diarios y en el mes casi 66 mil, saldos que no hemos notado gracias al esfuerzo doblegado de quienes aquí laboran”, refirió.

Para estas contingencias la unidad creó una estrategia a fin de garantizar la producción e implementar las medidas dispuestas por la dirección del país.

“A tenor de ello, 10 acciones fundamentales se ejecutan, dentro de las cuales está primero el compromiso de los obreros de sobrecumplir la norma diaria en un 120 por ciento, aunque muchos de ellos llegan a alcanzar 130, lo que da la posibilidad de que el plan se cumpla sin apuros.

otra de la autora“En ese sentido, se ha aplicado este plan de medidas y ya vemos los resultados, pues sobrecumplimos los parámetros productivos y no nos hemos infectado con el virus SARS-Cov-2”, dijo el director.

Jorge Luis Cera Rodríguez es un joven torcedor de 30 años que da fe de ello. Lleva casi seis directo a la confección de los puros y sabe muy bien lo que se le está pidiendo ante esta crisis.

“He tenido que superar mi producción, y eso no es fácil. Nos hemos sacrificado mucho para garantizar los planes, incluso, sobrecumplirlos, porque algunos trabajadores son vulnerables frente a la Covid-19 y no están trabajando, y la producción no puede bajar por ello”, explica seguro de su tarea.

“Se necesita de nuestro empeño y por eso me esfuerzo. Normalmente torcía cerca de 150 tabacos por día sin perder tiempo, ahora doy un poco más de mí y sacrifico horario libre hasta torcer unas 170 unidades muchas veces.

“¡Claro!, esos resultados no son solo favorables en la cantidad, sino también en la calidad. Para torcer tabaco te tiene que gustar el trabajo, porque requiere esfuerzo. Si no te gusta no logras los objetivos. A mí me gusta mucho lo que hago y quiero seguir trabajando aquí. Siempre”, añadió.

Ana Margarita Moronta, lleva 28 años en esta fábrica, asume las labores junto a otras del despalillo y la clasificación. Por sus manos pasan las hojas que luego se convertirán en puros exquisitos para el deleite de muchos fumadores. “Me gusta, aprecio y respeto mi profesión, esta es mi casa”, destaca la puertopadrense.

Y así, con esas buenas vibras ellos van marcando cada una de sus jornadas, energías positivas que les impregnan a los habanos, para que estos, además de aportarle dividendos a la economía nacional, también contribuyan a que haya una muestra de lo que somos, de nuestra cultura y tradición cubanas en muchas partes del mundo.