salvador regueira

Las Tunas.- Una noticia entristeció la tarde de este miércoles: ha muerto Salvador Regueira Millán, una gran pérdida para nuestra cultura. Y nos duele no solo por su entrega desmedida a la investigación y la defensa de nuestras tradiciones, sino porque fue un extraordinario ser humano, tutor de generaciones.

Desde aquel adolescente de solo 14 años que formara parte de la Campaña de Alfabetización, llevando la luz de la enseñanza hasta la comunidad rural de Los Sitios (límites con la provincia de Camagüey), hasta el profe del Centro Provincial de Superación para la Cultura (CPSC), que formó a un sinnúmero de pupilos en materias como Historia de la Música Cubana.
Mucho podría hablarse de esta querida personalidad de la comarca. En el Festival Cubadisco 2008, por ejemplo, obtuvo premio por su quehacer en la divulgación de nuestras tradiciones musicales. Y es que siempre andaba investigando algo y compartiendo esos saberes en eventos como el Festival de Música Popular Barbarito Diez, que lo enamoraba cada año.
Creó y mantuvo el espacio fijo Cosas del Alma, dentro del CPSC, donde promovía lo mejor del pentagrama autóctono y valores de la localidad. La cita, nombrada así por un bolero del compositor tunero Pepe Delgado, desde su surgimiento en enero del 2009, devino sitio de confluencia de músicos aficionados y profesionales, así como amigos de "la más bella forma de lo bello", incluso de otras naciones. Entre los aderezos del encuentro estaban las efemérides más relevantes del mes relacionadas con la manifestación.
Este máster en Ciencias tomó muy en serio aquella frase de Fidel que expresa: "Uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura, precisamente para que el arte y la cultura lleguen a ser un verdadero patrimonio del pueblo".
Junto a los investigadores Zenovio Hernández Pavón y Joaquín Osorio Carralero, realizó el libro A Puerto Padre me voy... tuneros en la música cubana, publicado por la editorial Sanlope (2015), texto que nos acerca a figuras como Emiliano Salvador, Barbarito Diez y Kelvys Ochoa.
Como parte del claustro docente del CPSC, muchos son los alumnos que bebieron de su fuente inagotable de sabiduría. Algunos lo tuvieron de tutor, otros aprendieron de él durante talleres y conferencias, pero fuera cual fuese el momento, sus conocimientos y sonrisa vislumbraban la pasión de quien "se atrevía" (porque tenía siempre pruebas documentales) hasta a cuestionar fechas de nacimiento o muerte de algún músico, en diccionarios importantes.
El programa sabatino Pentagrama, de la emisora provincial Radio Victoria, mucho le debe a este señor afable. Así lo resumió en su perfil de Facebook Ana Ibis González Fonseca, su amiga y una de las protagonistas del espacio: "Qué obra tan hermosamente cubana nos dejaste Salvador Regueira Millán. Cómo no hacerle saber al mundo que tu corazón palpitaba en cada ritmo, en cada acorde que defendiste estudiando tanto (...), porque fuiste cual Quijote, siempre en defensa de tus raíces. También dejaste esa huella en tus oyentes (...). Una audiencia que se rendía al influjo de tus palabras y emociones, a la sabia selección de temas, a lo mejor de nuestra cultura (...)".
Como ese, muchos son los mensajes de dolor y agradecimiento que expresan hoy tuneros y foráneos. Estas líneas no alcanzan para abarcar una vida tan prolífera. Su historia ha de ser contada para que las nuevas generaciones conozcan que aquí hubo un hombre que hizo mucho por nuestra idiosincracia. Descansa en paz, querido profe. Ojalá Las Tunas sepa perpetuar tu legado.

 

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