Imprimir
Visto: 2803

areascovid5

Las Tunas.- Terminado el primer mes del 2021 conviene abrir la agenda para consignar las notas relevantes que deja este lapso en el enfrentamiento en esta provincia del oriente cubano a la pandemia del nuevo coronavirus que transcurre por su segundo brote.

CIFRAS DISPARADAS TAMBIÉN EN LAS TUNAS

Los datos nacionales envían un mensaje inequívoco: enero fue el peor mes de la pandemia de la Covid-19 para Cuba, pues se confirmaron tres mil nuevos casos más que todos los detectados desde que apareció el positivo inicial en el país, el 11 de marzo del 2020. Analistas advirtieron que la media móvil en la tasa de positividad diaria en los test, promedio de siete días, pasó del cinco por ciento. Eso, aseguran, solo había sucedido en días puntuales con lo cual indica claramente los altos niveles de actividad viral.

Mientras tanto, en Las Tunas las cifras son proporcionalmente alarmantes, incluso, siendo el territorio con la más baja tasa de casos autóctonos por cada 100 mil habitantes entre sus similares del resto del Archipiélago. En enero el Balcón del Oriente Cubano igualó el récord del total de casos implantado en diciembre (107) y se acercó a la marca de los diagnosticados para un día, aunque dicha marca (18) sigue ubicada en el 23 de diciembre.

Pero lo que quizás colocaría al mes de apertura del 2021 en un escalón más agudo con respecto a su precedente es la tensión palpable vivida por el Sistema de Salud tunero. En enero se enfrentaron simultáneamente más de 40 focos de transmisión en varios municipios, algo no visto hasta ahora.

El advenimiento del nuevo año aquí fue igualmente consistente con la tendencia nacional de que la mayor cantidad de casos descubiertos fueron autóctonos, denotando así la intensidad de la transmisión dentro de la nación. De hecho, todavía en los inicios de febrero se sienten las repercusiones negativas de enero. Tómese como referencia el día 2, cuando hubo una cantidad preocupante de nuevos casos, ocho. Teniendo en cuenta el lapso entre el contagio, la realización del PCR y el procesamiento del resultado es posible inferir que son pacientes que adquirieron el virus en enero.

Diaz Canel visitaLasTunas 2021 A

FASES Y PERCEPCIÓN DE RIESGO

Si al comienzo del año, la mayor parte del país intentaba estabilizar la llamada nueva normalidad pos-Covid-19, 33 días después apenas tres provincias, Sancti Spíritus, Granma y Las Tunas, conservaban ese estatus. El resto tuvo niveles de transmisión y dispersión de los nuevos positivos que obligaron a las autoridades a restablecer fases que implican medidas de restricción mucho más severas.

Incluso, a Las Tunas en al menos un par de ocasiones el Grupo Temporal de Trabajo le mostró una especie de “tarjeta amarilla”, colocándola en el umbral del retroceso explícito. Justamente para evitarlo al Gobierno aquí no le tembló la mano para indicar, a mediados del mes, pautas típicas de estadios más severos como la restricción del transporte y de servicios no esenciales, junto al restablecimiento de los puntos de control en los municipios con la peor situación epidemiológica: Las Tunas y Puerto Padre. Sin olvidar otros pasos tendientes a crear las capacidades hospitalarias y en centros de aislamiento.

EN ÚLTIMA INSTANCIA: RESPONSABILIDAD

El que más del 80 por ciento de los casos en la tierra de Vicente García González se hayan reportado en la nueva normalidad demuestra que no se han cumplido las medidas de protección sanitaria, alertaba hace poco Diego Álvarez Dopazo, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Por su parte, Aldo Cortés, subdirector de la propia institución, enfatizaba lo inaplazable de transformar los estilos de vida, respetando lo indicado sobre el uso obligatorio del nasobuco en los espacios públicos, mantener la distancia física; evitar locales cerrados o poco ventilados y, si es posible, las aglomeraciones, higienizando siempre las manos y superficies.

Con justeza, desde los diferentes espacios de intercambio de opiniones, la ciudadanía reclama más severidad con los infractores. Pero no hace falta un ejercicio demasiado complejo de pensamiento para percatarse de que los policías e inspectores no pueden estar en todos los lugares al mismo tiempo. Así que, en última instancia, siempre determinará la responsabilidad individual y familiar en el cumplimiento de las pautas sanitarias indicadas.

De lo contrario, quizás, no habría fracasado el protocolo que inicialmente establecía el aislamiento en sus hogares de los viajeros internacionales. Por lo que ahora, otra vez, el Estado deberá asumir el confinamiento transitorio de los ciudadanos cubanos que lleguen desde el exterior. Tampoco ayuda, por ejemplo, que el Sistema Educativo haya reducido la estancia de los estudiantes en los centros docentes, si luego los infantes o adolescentes deambulan por las calles.

Los modelos matemáticos predicen que en el Archipiélago continuará creciendo la cantidad de casos. Tras las mencionadas acciones de control sobre los viajeros internacionales, la atención regresa paulatinamente hacia quienes llegan desde provincias con mayores niveles de transmisión. Ahí está el principal punto de vigilancia desde la Atención Primaria, advirtió la doctora Viviana Gutiérrez Rodríguez, directora provincial de Salud. Cabe reflexionar qué le ocurriría a una economía en aprietos como la nuestra si nuevamente el erario público, con ingresos reprimidos, tiene que asumir los costos del aislamiento de los viajeros nacionales, tal cual ocurrió en el 2020.

Observar lo ocurrido en provincias como Guantánamo, que vive su peor momento de pandemia, y otras como Ciego de Ávila que por segunda vez retrocedió a la fase de transmisión autóctona, son las mejores pruebas de lo finísima que es la línea entre la nueva normalidad y estar de vuelta a un panorama más severo desde el punto de vista epidemiológico, con todas las implicaciones económicas, sociales y hasta psicológicas que algo así tendría sobre la ciudadanía. Ahora más que nunca, todo cuidado es poco.

evalucion pandemia meses enero 2021